65. Siamo stanchi di vivere la stessa storia.

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Yj.

─Mientras más te reprimas más difícil será, mírame, no tengas vergüenza de llorar, hyung ─Oí su voz en acompañado de un suave sollozo, estuve apunto de levantarme pero él me tomó de la muñeca, impidiéndomelo, me miro esperando a que cediera en sus jugarretas. Él no lo entendía, no quería volver a hacerle daño, realmente era lo que menos quería, no quería seguir involucrándome, pero era tan difícil sacarlo de mi vida.

Eran tantos los temas pendientes por tratar que éramos como un imán para el otro o algo así, no explicaba porque parecía que verle la cara era una penitencia.

Lo odiaba, lo deseaba, quería encerrarlo en una jaula y luego tirar la llave, para así nunca más poder tocarle, no sabía que hacer cada vez que lo veía, tenía miedo de sentirme de esta manera, era tan fuerte el sentimiento que me sentía mareado.

Volví a colocarme a su lado y luego, quizá por prepotente, harto de poner límites, me lancé y lo besé, era lo que menos debía hacer en ese momento, pero con tal de no hablar, ya no quería escuchar más de lo mismo y no llegar a ningún desenlace, ya sabia que merecía ser lanzado sin paracaídas en un volcán pero aquí estaba, enredando mis dedos en sus hebras castañas, trataba de no ir muy veloz para no espantarlo, tampoco quería ir más lejos que un simple beso.

Me aparte y lo primero que vi fue esa expresión desorientada, temerosa y ansiosa, sus labios finos estaban húmedos y entre abiertos, tan bonito, era tan lindo que mi pecho se descontrolaba y me costaba respirar, quería aplastarlo de lo adorable que me parecía.

─Ya deja de pensar en eso, te estás matando la cabeza ─A duras penas pude encontrar mi voz para decirle algo sin mucho sentido, pero se sintió suficiente, porque él frunció el ceño, así que supuse que pareció entenderlo.

─Pero si tú eres el que no para de pensar en eso, no puedes ni siquiera verme a los ojos si mencionamos el tema ─Reclamó luego de suspirar con cansancio.

─Créeme que no hay persona más consciente de este tema que yo, pero la culpabilidad no me deja ni siquiera hablarte claro... ─Junté mi frente con la suya, solté un suspiro, de esos que salen de lo profundo del pecho, cargados de desesperación─ ¿Por qué me haces esto, Hueningkai?.

─¿De qué estás hablando?.

─Estoy seguro que para ti verme a la cara es complicado, para mi es como una eres como una penitencia viviente.

─En serio me estas diciendo esto, es lo mínimo que te mereces. Destruir y arruinar todo lo que pudimos ser con tu actitud.

"Todo lo que pudimos ser"

Volví a suspirar, me separé de él, y a una muy corta distancia de su rostro lo mire a los ojos, encontrándome con su mirada cargada de una sensación indescriptibles para cualquiera ajeno a esta situación, esas cargas de rabia, coraje, tristeza e impotencia hacia mi, las ganas que tenía de abrazarme, tanto como las de romperme la nariz y empujarme al agua, entendía cada una de esas emociones tan caóticas. Las sentíamos igual.

─No entiendes que debemos estar lo más alejados posible ¿Por qué sigues volviendo a mi de alguna u otra manera? Duele cada segundo a tu lado como no tienes idea.

─¿Y tú? Aún estando consciente de eso, me besas como si alejarme también fuese imposible...

─Hay demasiadas cosas que he estado ignorando por mucho tiempo, si te las cuento ¿Saldrás corriendo?

─Debí correr desde el primer momento en el que te volví a ver aquel día.

Hk.

Estaba tan sumergido en la conversación, era como hablar sin hablar, como si no fuésemos nosotros los que la llevaban al cabo, es como dejar al alma y al corazón expresarse, es simplemente sentir cada una de las palabras, tras suspiros y sollozos, hablábamos bajito, con miedo de ser escuchados, o quizá con vergüenza del otro, por la desnudez de nuestras palabras, él decía lo que sentía, yo también lo hacía, mientras el frío viento anunciaba una llovizna pronto.

'di nuovo tu?' ─yeonkai.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora