48. Sei stato tu, vero?

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—¿Como si quieras planeas llegar al fondo de esto? Han pasado días —cuestinó Beomgyu mientras se bebía la gaseosa que había comprado de la cafetería.

Soobin rodó los ojos, odiaba esa faceta de Beomgyu, él se caracterizaba por ser un sujeto agradable y hablador en ocasiones, pero no era no era cruel o al menos no solía serlo con sus amigos cercanos, pero aveces solía soltar oraciones que se sentían un tanto fuera de lugar, oraciones que tenían el poder de dejar un mal sabor en la boca por la lógica cruel que escondían tras su simpleza. Justo eso pasaba en ese momento.

Soobin se encontraba dispuesto a ayudar a su decaído y deprimido amigo, Beomgyu también, pero tenía ciertas dudas al respecto, por lo que se cuestionaba que tan inteligente sería empezar a buscar indicios o alguna pista sobre la identidad del carbrón que destruyó la guitarra de su amigo. No estaba siendo mal intencionado apropósito i algo así.

Se encogió de hombros ante la mirada moribunda del mayor hacia él. Siguieron caminando hacia el vestidor de la universidad, pensaban que después de cambiarse sería un buen momento para empezar a buscar al cumpable.

Al ser época de finales, la gente estaba muy ocupada y estresada, por lo que encontrar a alguien dispuesto a dar un testimonio del hecho fue difícil. No tuvieron de otra que ir a la dirección, tocar a la puerta para que la directora les abriera. Ambos sonrieron inocentemente para intentar ganarse la confianza de la mujer cuando se les abrió la puerta. Lo único que consiguieron fue una mirada desconcertada y desconfiada por parte de esta.

—¿Qué sucedió? —les preguntó.

—Necesitamos un favorcito —La mujer les analizó un rato, entrecerró los ojos con duda, y muro hacia atrás, hacia su escritorio, luego devolvió la vista hacia los dos menores.

—No llegan en un buen momento, estoy agotada y aún tengo mucho trabajo por delante —volvió a mirar hacia el montón de papel en su escritorio con angustia—Y un par de reuniones que atender —observó el reloj colgado en la pared con aún más angustia.

Soobin y Beomgyu se sintieron culpables por interrumpir, se hicieron aún más conscientes de las enormes y notables ojeras en la mujer, y aquella desaliñada vestimenta y esa expresión alicaída y desganada. Beomgyu sin embargo, sin importarle mucho, aún estaba dispuesto a dar un paso adelante y pedirle el favor. Pero Soobin, fue más rápido y le detuvo en cuanto vio el destello de determinación en el pelicastaño, antes de que siquiera abriera el hocico.

Le dio una mirada en reprimenda.

—Mejor volvemos en otro momento, disculpa las molestias, directora... —Tras rodar los ojos la mujer azotó la puerta en sus narices.

—¿Por qué no me dejaste encargarme de esto? Si me dejabas hablar te aseguro que lo hubiéramos conseguido.

Soobin negó—Seria desconsiderado, la mujer esta a un roce de la zombificación, casi hablaba arrastrando las palabras.

Beomgyu rodó los ojos—¿Y? Podríamos haber fingido que no nos dimos cuenta de eso.

—¿No te importan mucho los sentimientos ajenos, verdad Choi? —Ambos chicos empezaron a andar hacia la salida de aquel pasillo, mientras seguían discutiendo sobre aquello.

—A ti te importan demasiado los sentimientos de los demás, Choi.

Soobin soltó un resoplido—No es que importen mucho pero hay cosas a lo que uno llama cortesía, consideración, empatía ¿Te suenan?.

Beomgyu se hizo el tonto y fingió pensarlo—No, por favor ¿te importaría explicar?.

Ambos rieron y salieron del recinto, mientras iban soltando ideas para llegar al fin de todo este embrollo.

'di nuovo tu?' ─yeonkai.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora