Pov. Sirius Black.
Alejarme de _______, fue más difícil de lo que pensé y más después de ver todo lo que me perdí. Ha cambiado, supongo que es la consecuencia de ser madre, es más madura, pero lo entiendo, se hizo cargo de Hiram sola, yo estaba en Azkaban y tuvo mucho que superar.
No negaré que la nueva ________, me vuelve loco. Su felicidad es abrumadora, no ha dejado de ser divertida, considerada y no tan exagerada. Se preocupa lo justo, no dudó de mi, ni me recriminó nada, aunque conociéndola, algún día podría hacerlo.
Nunca imaginé lo orgulloso que me haría sentir ser padre, Hiram se parece tanto a mi, que me da miedo... sólo espero que no quiera huir de casa a los dieciséis. Muero por conocerla en persona y por primera vez en la vida, me da miedo dar una mala impresión. Al menos llevo un par de fotografías suyas, para no sentirme tan solo.
Trato de no pensar mucho en ella, porque cada vez que lo hago, quiero volver a verla y eso no me ayuda.
Tuve que acercarme a Hogwarts, entrar no fue complicado, gracias al mapa del merodeador conozco todas las entradas y pasillos ocultos del Castillo. Lo complicado ha sido que todos me están buscando, nadie además de ______, cree en mí y pensé que no encontraría apoyo.
Gracias a Crookshanks, un gato bastante inteligente, tuve la oportunidad de atrapar a Colagusano. Él intuyó que no se trataba de un animal y que quien estaba allí, no era bueno. Ambos trabajamos por alejarlo de Harry y sus amigos y lo logramos, pero no con los resultados que quería, pues huyó.
Lo bueno que conseguí, fue lograr que mi ahijado y Remus volvieran a confiar en mi. Mi amigo, fue quien me informó que _______, estaba al tanto de lo que ocurría en el colegio y que estaba muy preocupada por mi. En ese tiempo no quise escribirle, alguna vez leí que el ministerio la investigaba y temí por que una de mis cartas la metiera en problemas, antes de irme dejé algo para ella.
Me volví en prófugo, otra vez y tuve que buscar un lugar lejano dónde refugiarme. Cuando Harry me ayudó a librarme de volver a Azkaban, llevé conmigo a un hipogrifo llamado Buckbeak y gracias a él, pude llegar a otro continente. Ahora estoy en las costas africanas, es cómodo y tropical, pero no es donde quisiera estar.
Pov. ________.
Una semana después de que Sirius se fue de aquí, Kingsley apareció en mi puerta y revisó la casa por completo. De alguna manera lo esperaba, investigarían a todas las personas que fuimos cercanas a él y temían que alguien lo refugiase. Obviamente, no encontraron nada sospechoso y yo mantuve la versión de siempre, ante el mundo, odiaba a Sirius Black.
Pasaron los meses y yo no recibí ninguna carta, si sabía algo de él, era por medio de Remus o El Profeta, nadie me daba noticias alentadoras, pero seguía prófugo y eso era bueno.
A Rem, le pedía que si lo veía, le diera una oportunidad, que podría explicarlo todo y por lo que más quisiera, no lo entregara a los dementores. Él, insistía en que haría lo correcto, porque eso era lo mejor para todos y que no dejaría que Harry corriera peligro.
Un día, recibí una carta de Hiram, donde decía que estaba feliz pues su padre había entrado a la torre de Gryffindor y estuvo cerca de conocerlo. Tuve que recordarle que no debía acercarse a él, ni buscarlo, estábamos en la mira y no podíamos levantar sospechas, por el bien de Sirius. Casi al final del curso, volvió a escribirme y estaba aún más feliz, pues había escuchado que Harry Potter creía en la inocencia de su padrino y le tuve que pedir que no se acercara a él, después le explicaría.
La semana pasada, Remus llamó a la puerta, cansado y herido.
— ¡Remus! ¿Que haces aquí?.— Me alegré de volver a verlo, pero no ese día.
— Tuve que volver antes de lo planeado.— Respondió sin darle mucha importancia y lo invité a pasar.
— ¿Que ocurrió?.—
— Ayudé a un amigo.— Sonrió de una manera muy especial, dándome a entender a quien había ayudado.
— ¿Lo viste?.— Pregunté emocionada y él asintió.—¿Cómo está?.—
— Prófugo, pero tenías razón...Él no fue.—
— Gracias, por creer en Sirius.— Lo abracé.
— Te envía esto, le haces falta.— De su capa de viaje, saco un sobre que tenía escrito mi nombre.
— Y él a mí.— Suspiré con tristeza.— ¿Me esperas?.— Señalé el pergamino.
— Adelante, no tengo nada que hacer.— Nos sentamos en el sofá, y él estaba muy divertido con la situación.
Preciosa;
Discúlpame por no escribirte, pero me enteré que estabas bajo investigación y no quise meterte en más problemas.
Odio decirte esto por medio de una carta, cuando sé lo bien que se siente tenerte de frente, pero te extraño y cada mañana lo primero que hago es pensar en ti.
Supongo que no tiene sentido platicarte todo lo que ha sucedido, Lunático lo hará. Pero te aseguro que estoy bien, cuando esté en un sitio seguro te escribiré, lo prometo.
Te amo y espero volver a verte.
Canuto.
— ¿Que hicieron?.—
— Es una larga historia.— Murmuró cansado.
— Te quedas aquí y me cuentas todo ¿Que dices?.—
— No quiero molestarte.—
— Rem, jamás eres una molestia, di que sí.— Cedió a mi pequeña súplica.— Acompáñame, tengo el desayuno listo.—
Mientras comíamos, me habló de lo que sucedió unas noches antes. De su encuentro con Pettigrew, la valentía de Harry y sus amigos, que Severus estuvo a punto de arruinar todo. Lo que más le dolía era pensar que pudo evitar la huida de Peter y que el nombre de Sirius estaría limpio en este momento, pero olvidó beber la poción Matalobos, que lo obligó a transformarse y todos se ocuparon de él.
También me platicó de su regreso, lo que había escuchado en los pasillos y lo que habló con Dumbledore antes de presentar su renuncia. Ahora el profesor, también creé en su inocencia, pero no pudo evitar que Sirius tuviese que huir y buscar un lugar más lejano.
A los pocos días, Hiram volvió a casa, las vacaciones de verano iniciaron y esta mañana despertó gritando. Me asusté y subí corriendo a su habitación, encontrándome con algo gracioso.
— Deja de gritar.— Logré decir entre risas.
— ¡¿Que es eso?!.— Seguía gritando, señalando a un pájaro enorme y extraño, que estaba en su ventana.
— Un ave, ¡Cálmate!.— Me seguí burlando de ella.— Traé algo, puede ser de tu padre.— Señalé al pobre animal, que también estaba asustado.
Desaté la carta que traía en la pata y me emocioné al comprobar que no me equivoqué, era Sirius quien escribía, por fin estaba a salvo.
Hola.
No sé cómo saludar, está carta es para las dos y no tengo idea si a Hiram le molesta que le diga "preciosa" o cualquiera de esos cursis apodos con los que me refiero a ti.
Estoy en un sitio seguro, aquí nadie me conoce y nadie me busca. Podría decirse que estoy tranquilo, pero no dejo de extrañarlas.
¿Saben que ahora pueden escribirme? Por favor hágalo, me encantará saber de ustedes y conocerte a ti, Hiram, sé que no es lo que esperábamos, pero si tenemos algo de suerte, algún día podremos vernos.
Ojalá que el ave no las haya asustado, les pido que lo alimenten, le den de beber y lo dejen descansar. Cuando se recupere, envíen su respuesta.
Te amo, a las dos.
Sirius.
Cómo esperaba, mi hija gritó aún más, está vez de felicidad. Bajó corriendo a buscar algo que darle al ave y aún sigue cuidando de ella. No sabe que escribirle a su padre, tiene muchas preguntas que hacerle y obviamente, yo también quiero responderle.
Lo que más deseo, es poder verlo una vez más, aunque sea una vez más.
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Sirius Black
FanfictionAquí encontrarás la historia que, personalmente, me habría gustado para este fantástico personaje. Es una recopilación de todos los capítulos ya publicados en mi "obra" Los Merodeadores, si es la primera vez que leés algo escrito por mi ¡Bienvenidx...