𝙷𝚒𝚛𝚊𝚖

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Pov. Sirius Black.

— Preciosa.— Saludé a mi chica en las escaleras, mientras llevaba un par de cosas a la habitación de nuestra hija.

— Buenos días, cariño.— Se detuvo a besarme y siguió su camino. La seguí, quería preguntarle por una visita a los Potter, pero me distraje al ver la cama vacía.

— ¿Dónde está Hiram?.— Era muy temprano para que estuviese despierta, además el resto de la casa se mantenía en silencio, así que rápidamente deduje que no estaba en casa.

— Salió con mi papá.— Respondió algo extrañada, cómo si mi pregunta estuviera fuera de lugar.

— ¿Por qué?.— Sus padres no nos habían visitado desde la mudanza, ¿Ya habían decidido que no les agradaba? ¿Tenían algún problema con Harry?

— ¿No te lo dijo?.— Preguntó, sin creer que no estuviese enterado.

— No.

— Cada año, organizan una cita de verano.— Levantó la varita y de pronto, todo estaba en su lugar.— Pasaban mucho tiempo juntos y cuando fue a Hogwarts, decidieron tener un día en vacaciones solo para ellos. Salen al cine, un parque de diversiones, un concierto o de compras, procuran hacer algo diferente cada año.— Se alzó de hombros, feliz con la tradición que mantenía Hiram, yo no opinaba lo mismo.

— Es mi hija, él ya tiene una.— Odiaba que todos consiguieran llevarse bien con ella y tuvieran recuerdos grandiosos, menos yo.

— Sirius...— Iba a reprocharme, pero no le di tiempo y me alejé de ella lo mas pronto posible, sin embargo me siguió hasta la cochera dónde ya no pude escapar.— Sirius, mi papá no pretende robar tu lugar.

— Yo podría hacer eso con ella.— Dije entre dientes y fingí estar arreglando algo en la motocicleta.

— Pero no lo haces.— Me echó en cara, arrepintiéndose al instante.— Hiram lo ama, es su abuelo y la persona que ha estado a su lado desde el primer día. Si no era yo, mis papás cuidaban de ella, pero saben cuál es su lugar.— Intentó que fuese más comprensivo, pero estaba demasiado molesto.

— ¡Sé que no le agrado, sigue pensando que soy un peligroso asesino y trata de separarme de mi familia!.— Vociferé, mi enfado me estaba haciendo decir cosas que no creía.

— Si tan inseguro te sientes, déjame avisarte que no es culpa de mi papá y menos de mi hija.— Respondió mordaz, había sobrepasado el límite y ya no medía el daño en sus palabras. Esa parte de mi hija, me sorprendió, ella solía procurar llamar nuestra a Hiram.— Si Sirius, mi hija. No te has querido involucrar en su vida, estás muy cómodo con un título que no has sabido aprovechar. Si algún día, Hiram quiere alejarse de ti, no voy a reprochárselo.— No me dió tiempo a responder, pues para cuando abrí la boca, ella dió un portazo y entró a la casa.

El resto del día, evitamos dirigirnos la palabra, incluso mirarnos, la tensión era obvia e incomodó a Harry, que no sabía que hacer. Al notarlo, mi chica decidió encargarse de otras cosas, para mantenerse lejos de nosotros y no hacer sentir peor a mi ahijado.

Estábamos por cenar, cuando el timbre sonó y fui a ver quién nos visitaba. En la puerta, estaba mi hija y su abuelo, radiantes de felicidad y con una sonrisa que no se borraba de sus rostros.

— ¡Hola, papá!.— Exclamó Hiram, abrazándome rápidamente.

— Hola.— Me sentía molesto con ella, a pesar de saber que no era su culpa.

— Sirius.— Dijo el padre de ____________, extendiendo su mano para saludarme. La tomé, mientras apretaba la mandíbula para contener mis reclamos.

— ¡¿Que le hicieron a tu cabello?!.— Gritó mi chica, Hiram lucía un corte nuevo, que sinceramente le quedaba muy bien.

Sirius BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora