⚠️ Contenido +18, recomiendo discreción.
Pov. Sirius Black.
— Me gustó saber que me extrañaste.— Sonrió y me besó rápidamente.
— No he estado contigo por años y verte un par de días en todo este tiempo, no me es suficiente.— Puse dos dedos en su mentón elevandolo un poco, para besarla de nuevo. — ¿Que haces?.— Se alejó de mí y caminó a dónde estaban sus cosas.
— Buscando algo.— Sacó la mano de su bolso.— Siéntate en la cama, cariño.—
— ¿Que vas a hacerme?.— Dije sugerente, aunque solo conseguí hacerla reír.
— Estás tenso y quieres un masaje ¿No?.—
— Ok.— Murmuré entre dientes.
— Ataré tu cabello.— Anunció, mostrándome una liga.
— Si preciosa, haz lo que quieras.—
En segundos mi cabello estaba atado y ________, se colocó detrás de mi. Sus manos pasaban hábilmente por mis hombros y cuello, quitándome la tensión. Cerré los ojos para disfrutar el momento, me sentía tan bien que comencé a tener otro tipo de pensamientos.
— ¿Que estás pensando, amor?.— Escuché su voz tersa en mi oído, siempre usa ese tono cuando quiere seducirme.
— En ti.— Solté, manteniendo los ojos cerrados y sintiendo como dejaba besos por mis hombros.— Ya me estaba cansando de solo poder pensarte.— Giré mi cabeza, encontrando su intensa mirada.
— Te necesito.— Murmuró, acercando sus labios a los míos y nos besamos lentamente, tomando mi tiempo para disfrutarlo.
— Quiero hacerte tantas cosas.—
— ¿Cómo que?.—
— Deja te muestro.— Sonreí y mordí su boca.
Tomé su cintura, pasó sus piernas por la mía, quedando sentada en mi regazo, una de mis manos se perdió en su cabello y la atraje más a mi para besarla, nuestras lenguas chocaban con intensidad y las caricias se sentían por todo mi torso.
Bajé hasta el borde de su blusa y la quité. Mi mano viajó despacio por su piel desnuda, me detuve al sentir sus pechos y me aventuré a tocarlos por debajo del encaje que los cubría. Sus pezones se endurecieron al roce y su respiración se volvió lenta, de pronto, tuve más libertad para moverme sobre esa zona, pues _______, se había quitado el sostén.
— Da la vuelta.— Murmuré en su oído.
Se levantó, aprovechando para quitar su pantalón y la imité, aunque fui más rápido que ella. Tomé su cintura e hice que se sentara sobre mi pierna, apoderándome de la delicada piel de su cuello, la cuál besaba, mordía y succionaba, dejando marcas a mi paso. Comenzó a gemir muy bajo y a mover su cadera sobre mi, aumentando mi excitación.
Las yemas de mis dedos, recorrían sutilmente el resto de su cuerpo, llegando a sus muslos aplique más fuerza conforme me acercaba a su intimidad.
— Black...— Gimió casi en un susurro.
— Te imaginé así, casi cada noche.— Gruñí sobre su nuca, ella se estremeció y sonrió.
Retomé mi lugar entre sus muslos, separandolos ligeramente y toqué por debajo de su ropa interior. Suspiró al sentirme trazando círculos en su clítoris, dejando caer su cabeza en mi hombro. Sostuve su cuerpo cerca del mío, cruzando un brazo desde su cintura a uno de sus pechos. Noté como mordía sus labios, reprimiendo sus gemidos que tanto esperaba escuchar.
— ¿Que pasa amor? ¿No te gusta?.— Dije entre jadeos.
— Mucho.— Dijo con un hilo de voz.
— Nadie va a escucharnos.— Aseguré, pues si alguien lo hiciera, Molly ya estaría tratando de derribar la puerta para hacernos callar.— Gime, grita si quieres.— Murmuré sobre su cuerpo, mientras metía un par de dedos en ella, me dejó escuchar su placer.
Mis dedos entraban y salían cada vez más rápido, su pelvis se movía más o menos a mí ritmo. Estaba por llegar en mi mano, loca de placer, sus uñas se enterraban en el brazo que la detenía y su boca no se callaba. Instantes después, gimió más alto y su espalda se arqueó, quedando recostada sobre mí.
Peinó su cabello hacia atrás, alejándolo de su cara, pues debido al sudor se pegaba incomodamente a esta, sonriendo satisfecha.
— Muy bien Black, es mi turno.—
Quitó de un solo movimiento la liga que había puesto en mi cabello y ató el suyo. Bajó entre mis piernas rápidamente, sin dejar de mirarme a los ojo, sonriendo maliciosa, era increíble como a pesar de tantos años separados, seguía excitandome tanto.
— Regularmente odio mi apellido, pero cuando lo dices de esa manera.— Respiré profundamente, esperando calmarme.— Ve lo que provocas.— Señalé mi erección, dónde ella ya tenía las manos puestas.
Rió, antes de meter mi miembro a su boca, podía sentir como jugaba con su lengua, lamiendolo por completo, llevándome al límite y aunque aquello me gusta bastante, lo que más necesitaba era estar dentro de ella.
— Sube a la cama, preciosa.—
Nuestros labios se encontraron con pasión, mientras me colocaba sobre ella, sostenía su espalda para llevarla a las almohadas y de pronto, nos hizo girar sentándose nuevamente en mi.
— Sigue siendo mi turno, Black.— Recordó algo mandona, me gustó.
Me recargué de la cabecera de la cama, para estar más cómodo y ¿Por qué no decirlo? Tener una mejor vista de su cuerpo.
— Eres tan hermosa.— Confesé anonadado, posé mi mano en su mejilla y se acercó a besarme con dulzura.
Volví a estar dentro de ella, subió y bajo sobre mi miembro, al principio sus movimientos eran lentos, pero tomé su cadera con suficiente fuerza para aumentar la velocidad. Enredó sus manos en mi cabello y tiraba de él sin lastimarme.
Su piel ligeramente húmeda y nuestros jadeos, me hacían disfrutar más del momento, estaba por correrme, pero quería que ella lo hiciera conmigo. Así que apoyándome de su trasero, la ayude a moverse más y mis dedos volvieron a su pubis. Quitó las manos de mi cabello y se inclinó un poco hacia atrás, gimiendo más alto cada vez, mientras acariciaba sus pechos.
— Amor...— Gimoteó.
— Si cariño, hazlo conmigo.— Le pedí agitado.
Ella alcanzó el orgasmo segundos antes que yo, pero se siguió moviendo hasta que terminé. Se tumbó sobre mi exhausta, ambos respirabamos con dificultad y esperamos a poder recuperarnos.
Nos metimos entre las sabanas, respirando tranquilamente y algo adormilados, sin decir mucho, simplemente nos veíamos fijamente, sonriendo como tontos. De un momento a otro levantó un dedo y acarició delicadamente mi rostro, siguiéndolo con la mirada, cómo tratando de memorizarme.
— Podría verte toda la vida y no me cansaría.— Me hizo sentir bien y no pude evitar perderme en sus ojos.
— Y yo a ti, por eso me hacías tanta falta.— Me acerqué a besarla suavemente y al separarnos, me sonrió.— Te he amado por años y cada vez que sonríes así, te amo más.—
— ¿Dónde quedó nuestro equilibrio romántico?.—
— Olvídalo por ahora.— No quería romper el momento, pocas veces tenía tiempo para decirle lo mucho que la amaba.
— Olvídalo más seguido.— Sugirió seriamente y aunque no lo sabe, acepté el trato. Entrelazó nuestros dedos sobre mi pecho y se recostó a mi lado, dispuesta a dormir.
— Descansa.— Susurré y besé su coronilla, cayendo profundamente dormido, casi al instante.
ESTÁS LEYENDO
Sirius Black
FanficAquí encontrarás la historia que, personalmente, me habría gustado para este fantástico personaje. Es una recopilación de todos los capítulos ya publicados en mi "obra" Los Merodeadores, si es la primera vez que leés algo escrito por mi ¡Bienvenidx...