𝙴𝚡𝚙𝚕𝚒𝚌𝚊𝚌𝚒𝚘𝚗

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Pov. Sirius Black.

— Sirius.— Llamó Regulus, a la puerta de mi habitación y me angustié, pues se suponía que estaba cuidando a _________, en San Mungo.

— ¿Está bien? ¿Pasó algo?.— Hablé rápidamente, esperando recibir respuestas de la misma forma.

— Si, podrá volver a casa hoy.— Respondió tranquilo, cómo si no importara el que estuviera en esa casa.

— Y ¿Que haces aquí?.— Le reproché, consiguiendo que me mirara extrañado.— ¿Hay alguien con ella?.—

— Tonks.— Murmuró enfadado y no estaba seguro si era por el origen de mi sobrina, o por la forma en que lo trataba.

— ¿No podías esperar unos minutos?.—

— Ella me pidió que viniera a decirte, en persona...Quiere algo de ropa.— Le cerré la puerta en la cara, estaba fastidiado con su falta de lógica. Sin embargo, hice caso a lo pedido por ________ y empaqué rápidamente una muda de ropa para ella.

No tardé más de diez minutos en salir de allí. Pasaba el menor tiempo posible en casa de mis padres, pues aún no me decidía a hablar con Regulus y me parecía desagradable, la actitud de el elfo, mostrándole devoción a cada segundo.

Aunque en el sanatorio, el ambiente no era mejor, al menos podía estar con _________ y olvidarme de lo terrible que sucedía en el mundo mágico, de nuevo. Encontrarme con el pasillo que llevaba a su habitación, era el mejor momento de mi día, a veces, me descubría sonriendo al ver la puerta de su habitación.

— Preciosa.— La saludé muy emocionado y sin dudarlo, me acerqué a besarla. Ella, no dejaba que me separara de sus labios y me hizo reír.

— Te extrañé.— Se justificó, en medio de un suspiro y volvió a besarme.— ¿Reg te avisó?.— Señaló la pequeña maleta que llevaba en la mano izquierda.

— Si.— Respondí con desgana, consiguiendo una mueca de molestia de su parte.

— Me prometiste que hablarías con él.— Recordó, buscando mi mirada.

— Es un día especial, no lo arruinemos.— Le pedí, abrazándola con fuerza.

— Bien.— Cedió, algo cansada de la misma discusión.— ¿Cuando comenzamos a buscar nuestro hogar?.— Me preguntó, recuperando su alegría, cómo si la conversación anterior, no hubiese sucedido.

— Debes descansar, recuperarte por completo y entonces, salimos de ese lugar.— Lo había pensado mucho y era momento de preocuparme por su bienestar, no quería volver a pasar tiempo sin ella.

— Me siento bien.— Insistió, alejándose de mi un poco, para abrir la maleta y sacar las prendas que había llevado para ella, cambiandolas por las que vestía, frente a mi, sin pena.— Anda, ésta tarde salgamos a buscar.—

— Ya veremos.— Era extraño para mí, ser quien decía que no, quién actuaba como el adulto responsable.

— ¿Te gusta vivir allí?.— Me preguntó, con la ceja derecha levantada, pues no creía por completo mi negativa, aunque en eso, tenía razón y no iba a mentir, así que con la cabeza, dije que no.— A mi tampoco.—

__________, estaba harta de estar en el sanatorio, así que volvimos a casa de mis padres y sin cruzar palabra con nadie, nos dirigimos a las escaleras, pero Regulus, se interpuso en nuestro camino.

— Sirius, por favor, hablemos.— Pidió mi hermano, que estaba de pie en medio del camino. Lo empujé, pero ni así se movió.

— Cariño.— Musitó _________, dándome a entender, que no debía olvidar la promesa. Dejé salir el aire de mis pulmones con pesar y peiné mi cabello hacia atrás con la mano.

Sirius BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora