𝙼𝚒𝚗𝚒𝚜𝚝𝚎𝚛𝚒𝚘

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Pov. Sirius Black.

— Espera.— Recorrí los escalones a gran velocidad y antes de que cruzara la puerta de la cocina, la detuve.

— Suéltame, Sirius.— Recriminó, al mismo tiempo que luchaba por deshacerse de mi agarre.

— Vamos a salvarlos.— Le aseguré y dejó de pelear, cambiando su ira por angustia.

— Ya los llamé.— Nos compartió Remus, igual de alterado que nosotros, lanzó los polvos flu a la chimenea y añadió.— Los veremos allá.—

Llegamos al Ministerio en seguida, allí nos encontramos con Tonks, Moody y Kingsley. Tomé la mano de ________ y nos acercamos a los demás, tal vez, esperando organizar un plan.

— Dumbledore, vendrá en unos minutos.— Anunció Kingsley, con su voz profunda y suave.— Iremos todos juntos, no sabemos a cuántos Mortífagos, nos vamos a enfrentar.—

Desde el anfiteatro, se escuchaba ruido de batalla y preocupados, corrimos a buscarlos. Llegamos a la Cámara de la Muerte, dónde solo estaban Harry y el hijo de los Longbottom, siendo atacados por algunos Mortífagos, como Malfoy y Dolohov.

Bajamos rápidamente los escalones y comenzamos a defenderlos. Lanzamos hechizos y maldiciones sin parar, con tal de alejarlos de los chicos. Al mismo tiempo, intentaba mantener a __________, al alcance de mi vista, pero, esos duelos necesitaban toda mi atención.

— Iré a buscarla.— Escuché que ella decía, y cuando giré, estaba a mi lado, luchando con un Mortífago, aún enmascarado. Asentí y en cuanto pudo, salió corriendo en busca de Hiram.

Minutos después, vencí a aquella basura y noté que Dolohov, trataba de dejar fuera de combate a Harry. Lo empujé con el hombro, consiguiendo que cayera, obviamente, atraje su atención y nos batimos en duelo. Fue magnífico, me sentía libre y útil, cómo no lo hacía desde hace meses. De pronto, fue como si James estuviese conmigo.

— ¡Petrificus totalus!.— Pronunció Harry y nuestro enemigo cayó de golpe.

— Bien hecho.— Felicité a mi ahijado, pero no perdí tiempo, no era seguro que estuviera en ese lugar.— Ahora, quiero que salgas de...— Fui interrumpido por Bellatrix, que acababa de vencer a Tonks y vimos su cuerpo resbalar por las gradas.

Le volví a pedir que saliera y al instante, empecé un duelo con Bellatrix. Subimos a una tarima, a pocos metros del Velo de la Muerte, dónde solo estábamos nosotros, los hechizos y maldiciones, iban y venían sin parar, me enorgullezco de decir que estaba siendo muy superior a ella, no me era difícil enfrentarla, incluso, abusé de esa confianza.

— ¡Vamos, tu sabes hacerlo mejor!.— Me burlé de ella y encolerizada, iba a atacarme nuevamente.

— ¡Expelliarmus!.— Un rayo, paso a un lado mío y la varita de mi prima escapó de sus manos.

Giré rápidamente, _________, estaba parada en el último escalón, cerca de mi. Mantenía la varita en alto, respirando con dificultad. Al mismo tiempo, un haz de color morado, pasó por mi izquierda y la golpeó, dejándola aparentemente inconsciente, frente a mis ojos.

Bellatrix, carcajeó y gritó triunfante, al igual que Dolohov, mostrando sus dientes destruidos. Pronto, el rostro de Lestrange, cambió por una expresión de asombro, uno que no era bueno para mí, pero se equivocó.

Dolohov, cayó con fuerza, Bellatrix, dió un grito ahogado, ofendida y buscó su varita. En esos segundos, miré al responsable y no podía creerlo, era mi hermano, Regulus.

— ¡Dumbledore está aquí!.— Le gritó furioso a nuestra prima y señaló al profesor, que bajaba rápidamente,  dispuesto a luchar con ella y como la cobarde que es, salió corriendo.

Sirius BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora