𝙹𝚞𝚗𝚝𝚘𝚜

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Pov. __________.

Vivir en Grimmauld Place, era extraño. Me encantaba poder ver a Sirius todos los días, dormir a su lado y verlo al despertar, pero al mismo tiempo convivir con más personas, no era tan cómodo como creí.

Conseguí limar asperezas con Molly, sin embargo, cada noche debía escuchar peleas de todo tipo entre ella y Sirius. Ambos querían tener el control de todo lo que ocurría allí y ninguno cedía.

Volví al ministerio, tras fingir una enfermedad y retomé un poco mi rutina, pues cada tarde, al terminar mi horario, debía volver a mi casa y fingir que vivía allí para facilitar la mentira del paradero de Sirius. Luego, aparecía en Grimmauld.

— Hola.— Saludé a Remus, que estaba solo en la cocina, leyendo unos pergaminos.

— Hola, ¿Cómo estuvo tu día?.— Levantó un poco la mirada del papel y me sonrió.

— Cansado.— Dije mientras abría una cerveza de mantequilla.— ¿Sabes dónde está Sirius?.—

— ¿Me extrañaste?.— Al instante entró Sirius a la habitación, con una sonrisa radiante en los labios. Llegó a mi lado y me dió un beso increíble.

— Mucho.— Le respondí, sonriendo enamorada.

— Estoy sorprendido, has estado de buen humor una semana completa.— Dijo Remus, burlándose de su amigo.

— Agradece que has podido dormir, Lunático.— Le contestó arrogante y Remus entendió a qué se refería.

Reímos juntos, cómplices de todo lo que había ocurrido casi cada noche y que si, debía admitir que gran parte de nuestro increíble ánimo, era por eso. Nuestro amigo, en cambio, nos juzgó con la mirada y no dijo más.

— Voy a descansar un poco, antes de la reunión.— Les anuncié y subí a la habitación que compartía con Sirius. Me dejé caer en la cama bocabajo y hundí mi rostro entre las suaves almohadas.

Estaba por quedarme dormida, cuando sentí que unas grandes manos, acariciaban mis piernas.

— Preciosa.— Susurró Sirius en mi oído.

— Lo dije en serio, Black. Si quiero descansar.— Murmuré sin mirarlo, se recostó a mi lado y abrazó mi cintura.

— Y yo quiero estar contigo.— Alcé la cabeza para verlo con reproche.— Con ropa. También me gusta estar contigo con ropa.— Me reí de su torpe respuesta y me acerqué a él, que en seguida comenzó a acariciar mi cabello

— Te amo, con todo y tú perversión.— Admití y rió. Me sorprendió su falta de insistencia, pero lo agradecí, realmente estaba cansada.

— Hiram llega mañana.— Dijo de repente, preocupado. Me apoyé en uno de mis brazos y me levanté lo suficiente para verlo a la cara.

— ¿Mañana?.— Asintió.— ¿Por qué yo no sabía?.—

— Enviaron una carta y yo la recibí.— Suspiró mirando al techo.— Tus padres la llevarán a medio día al tren.—

— ¿A qué hora llega?.—

— Por la noche.—

— Supongo que por eso, Alastor me estaba buscando.—

— Debo ir.— Murmuró molesto, pues sabía que no era posible.

— Lo sé, pero debemos preguntarle a Dumbledore.—

Dos horas más tarde, bajamos a la reunión, los planes seguían y escuchamos atentos todas las posibles teorías que el profesor creaba, pues casi siempre acertaba. Al final, aprovechamos para hablarle de la salida de Sirius y dijo que no era oportuno.

Sirius BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora