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Varias semanas antes, en una playa al atardecer, unos niños no podían bajar a la playa porque había un tipo raro con su móvil molestando mientras se grababa para subirlo a las redes.

Por desgracia, ese chico había ido a parar a la playa de la infancia de Helge donde había jugado junto a su hermano cuando era pequeño.

Helge silbó al chico del móvil que lo miró mientras Helge se le acercaba.

-¿me haces el favor de largarte a otro lado? hay unos niños intentando jugar aquí y estás interfiriendo en eso.

-¿y tú quién te crees, ¿el rey del mambo? Que se vayan a otro lado.

-No me queda más remedio entonces, es una pena que sea por la fuerza.

-yo que tú no me acercaba más rarito-dijo el del móvil riéndose-me conocen por mi fuerte poder de fuego.

-felicidades viejo, a mi me conocen por mi fuerte poder de matar estúpidos, ¿comprobamos si funciona contigo?

-te crees mucho, ¡pero no durarás nada ardiendo!-gritó el del móvil mientras lanzaba unas llamas que calcinaron a Helge.

-increíble-dijo Helge quitándose un poco de ceniza del hombro mientras salía del fuego-si que eres un tonto.

El chico viendo que se había librado "por poco" siguió lanzando fuego.

-odio cuando se resisten-murmuró Helge mientras lo golpeaba haciéndolo caer al suelo-tu poder si que es increíble, y yo, después de haber estado tanto tiempo sin uno, ¿me lo prestas?

Helge miró con una mueca macabra al chico mientras levantaba el puño, el primero mencionado se agachó hacia el chico y le atravesó el pecho con su puño hasta conectar con su corazón, seguidamente, cuando lo agarró tiró de él hacia arriba y se lo sacó, seguidamente se lo comió.

-increíble, gracias Dios por esta gran comida-Helge miró por todos lados pero los niños habían huido-bueno, mejor para mí-dijo Helge mientras devoraba el cadaver del chico, cuando no quedaron ni huesos se lavó en el mar.

-refrescante, adoro esta playa.
En la plaza central de la ciudad en la que estaba el templo Aren y el del piano estaban comprando comida cuando Helge los llamó.

-¿qué pasa Helge? ¿Algo interesante que contar?-preguntó Aren mientras miraba asustado como habían subido el precio de la harina de nuevo.

-claro, acabó de devorar a un tipo, no sabes lo bien que sabía.

-Helge, ¿qué te dijo el cura de devorar gente?

-si, que está mal y que es malo para la salud, pero sabía genial, sus huesos no se habían roto nunca y se notaba que no había trabajado en su vida, era extra vividor y ahora está muerto.

-¿nada más que comentar Helge?-preguntó el del piano.

-nada más Asmodeo, por cierto, ¿habéis visto al cura últimamente?

-No, salió a traer de prisión a nuestras compañeras.

-claro, bueno, nos vemos pronto.

El credoWhere stories live. Discover now