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El enclave se encontraba todavía en el hotel y decidieron salir para realizar un reconocimiento de la zona en la que se encontraban, era un pueblo sin mucha gente por lo que este era el único hotel de la zona.

-odio despertarme temprano-dijo Sol bostezando.

-yo no pude ni dormir-dijo Aitor-oye, ¿y Petra?

-maldita sea, se quedó durmiendo.

Sol cogió una cacerola pequeña que había en la habitación y se dispuso a hacer ruido para darle un susto a Petra, sin embargo, esta última apareció detrás de Sol.

-buenos días, ¿qué haces con una cacerola?

-eso Sol, ¿vas a cocinar algo?-preguntó Aitor.

-muchacho problemático, fue idea tuya que la despertase dándole un susto.

-No te olvides de que no somos amigos Sol, somos compañeros-dijo Aitor.

-No me he olvidado, solo quería hacer más llevadera la espera.

-mejor Sol, nunca lo olvides.

-espera un momento, todas esas botellas... ¿quién estuvo bebiendo?

-fui yo, realmente lo necesito-dijo Petra.

-No deberías beber antes de una misión.

-No te debes preocupar por eso, realmente no tienen un gran contenido en alcohol y solo tomé dos.

-¿solo dos? Son botellas grandes-dijo Sol-deberías controlar tu adicción.

-ya te dije que lo necesito, me sirve para olvidar.

-todos tenemos algo de lo que no nos gustaría acordarnos, nos gustaría escapar de la realidad y crear nuestra propia realidad, ser dioses, sin embargo-dijo Sol-ignorar los problemas no hará que dejen de estar ahí, debemos seguir adelante aunque nos cueste la vida.

Los tres miembros del enclave se miraron y sintieron al fin conectar mínimamente, todos tenían algo en común, algo que los unía más allá del trabajo. El tiempo pasó y llegó la hora de la misión, el enclave se preparó y Sol y Petra salieron a la calle para tenderles una trampa a la gente de los coches, Aitor se quedó en la habitación.

-al fin tendré oportunidad de ver cómo se las gasta esta gente-pensó Aitor-podré ver sus poderes, sabré quién es el más fuerte, ¿tendrá el nombre de sol alguna relación con su poder?

Esa pregunta se respondería enseguida, los coches indicados llegaron, el enclave los había vigilado desde la distancia y habían preparado la trampa, todo se puso en marcha y los coches pasaron por el lugar.

Cuando estuvieron delante del hotel las ruedas de los coches reventaron abruptamente haciendo que estos tuviesen que patinar hasta chocar contra diversas paredes.

Los soldados, que hasta ese momento se habían estado ocultando en otras habitaciones aparecieron y enfrentaron a los mercenarios con sus armas, de un momento a otro todo se había convertido en un tiroteo.

-maldita sea-pensó Aitor-No tuve oportunidad de descubrir sus poderes.

Aitor llevaba todo el día con uno de sus aparatos y lo había puesto a punto para utilizarlo por la tarde, el aparato le permitía ser usado de receptor y de reflejo para las balas, por lo que si él disparaba al aparato la bala rebotaría hacia alguna dirección, hacía tiempo que llevaba practicando esa técnica por su gran utilidad.

Aitor tiró el aparato a la calle desde la ventana hacia un sitio en el que se ocultaban varios mercenarios ocultos entre el fuego y disparó repetidamente hasta que todos fueron abatidos.

Comprobó el campo de batalla e informó que ya todo había acabado, los soldados de la agencia empezaron a recoger los cadáveres cuando un cuerpo se levantó entre la multitud, este tenía apariencia de pistolero del viejo oeste cosa que cuadraba bastante con el pueblo en el que se encontraban porque esta era la atmósfera que generaba.

-reto a un duelo al pistolero del rebote-dijo-No quiero que nadie más interfiera y me encargaré de el con mi poder.

Aitor le disparó desde la habitación haciéndolo caer y bajó con sus compañeros.

-este tipo, ¿había perdido completamente la cordura verdad?-preguntó Sol obviamente sabiendo la respuesta de sus compañeros.

-si, simplemente los abordamos y no tuvieron tiempo de reaccionar ni de usar nuestros poderes-dijo a Aitor mientras pateaba el cadáver del hombre que lo había retado al duelo-me pregunto de dónde sacará la agencia la información de este tipo de eventos.

Petra y Sol se miraron con complicidad, ambos sabían más información que Aitor, aunque en realidad no sabían todo lo que creían saber.

Una vez limpiado el desastre los soldados se acercaron a los coches y fueron desapareciendo todos poco a poco hasta quedar solo Sol, Petra y Aitor, los soldados se habían teletransportado.

-oye Aitor, ¿qué era ese aparato?-preguntó Sol.

-permite que las balas reboten a la dirección que quiera, es bastante útil aunque solo me queda uno, el resto se rompieron con el tiempo y como abandoné mi antiguo oficio los beneficios que este suponía se han cortado de golpe.

-¿les parece si vamos por bebida-dijo Petra-ya no estamos en una misión.

-yo... no bebo-dijo Aitor-me trae problemas.

-por un día no pasará nada chico, diviértete un poco, ni que el fin del mundo se acercase.

Los tres caminaron juntos hacia el bar más cercano, Sol iba en medio y llevaba a Petra y a Aitor rodeados con sus brazos, el sol cayó sobre el horizonte y a ninguno le importaba nada, eran colegas de trabajo.

El credoWhere stories live. Discover now