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Xavier se encontraba en su despacho en lo alto De la Torre, observando la batalla, nadie había acudido a matarlo, ninguno de sus generales iba a consultarle nada, simplemente observaba hasta que fuese el momento de salir, como un rey en el ajedrez esperando su jugada.

Junto a él se encontraba Viper que no había encontrado nada importante que hacer por lo que se dedicaba a dar órdenes por todos lados.

-Viper, ¿Cómo va la batalla?

-Se extendieron por todo el bosque y consiguieron tenerlo, tienen la costa completa y cada vez están más cerca, todas nuestras tropas vienen de camino, vamos a empezar a evacuar.

-¿Evacuar? ¿Quién lo diría? Vamos perdiendo.

-Los generales han decidido quedarse por cuenta propia, según dicen han conseguido ayuda del exterior y un sujeto muy poderoso viene a ayudarnos.

-¿Un sujeto muy poderoso?

-Si, creo que usted lo conoce, se llama Azai.

Xavier se quedó callado y empezó a reírse nerviosamente, se sacudió en su silla y cayó al suelo.

-Son ustedes unos auténticos genios, el comandante supremo del ejército de España viene para ayudarnos, Viper, de verdad que te daría un abrazo pero ahora mismo estoy en shock, ¿Cómo consiguieron que viniese?

-El nos llamó, nos dijo que tenía permitido actuar por cuenta propia para llegar pero que no le prestarían ningún medio de transporte por lo que lo teletransportamos aquí.

-La batalla es nuestra, "el intangible" contra el gigante, un duelo que será recordado por toda la eternidad, bueno ¿Dónde está ahora?

-Justo ahí.

Ambos miraron a través del ventanal del despacho y vieron como múltiples poderes se dirigían a un solo sujeto que seguía avanzando.

Adriel también se fijó en esto y fue directo a patearlo como había hecho anteriormente con Júpiter, para sorpresa de todos, esto si funcionó, el poder de Azai le permitía frenar cualquier daño que pudiesen infligirle, sin embargo, esto no cubría el daño que se pudiese ocasionar un impacto por una caída por lo que no era realmente intocable.

Ambos clavaron sus miradas en el otro y se miraron amenazantes, esa si sería una batalla de completa locura.

El gigante de roca disminuyó su tamaño y comenzaron a pelear, intercambiaron golpes una y otra vez, ninguno cedía al otro y el cansancio de Adriel era plausible en el ambiente, los soldados de ambos bandos dejaron sus combates para contemplar el espectáculo que se encontraba ante ellos.

Helge se teletransportó detrás de Azai y comenzó a dispararle como un loco, ninguna bala le hizo nada, este último se dio la vuelta y lo mandó a volar con un golpe en el estómago.

Se deshizo y volvió con toda la banda, todos estaban dispuestos a ayudar a su padre en la pelea pero Aitor llegó corriendo e intervino para alejarlos del conflicto.

-Aunque ahora os vaya a matar acabo de salvaros, eso era un suicidio.

Intentaron pasar de él y se volvieron a teletransportar junto a Adriel pero su intento fue impedido nuevamente.

-No hagan tonterías así, van a morir.

Esta vez no pasaron de él y comenzaron una pelea, el líder del escuadrón de caza contra la banda, ¿¡Lograrían devolverle la derrota que sufrieron contra él en su último enfrentamiento!?

El credoWhere stories live. Discover now