El credo

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La agencia, Asmodeo y Lucía no eran los únicos que estaban trabajando en algo grande, la banda también estaban apunto de mover ficha, desde que supiesen cómo utilizar a los soldados harían un ataque a gran escala a la agencia.

Para ello tendrían que trabajar bastante, para empezar, tenían que recopilar información, toda la información que pudiesen reunir.

-Adriel, ya encontré lo que buscábamos-dijo Helge.

-Buen trabajo, quiero que vayan cuanto antes a por lo que necesitamos.

En las últimas semanas el credo se había dedicado enteramente a buscar información que los ayudase al control de los soldados, aparte de la búsqueda de un mapa de la agencia para guiarse dentro de ella cuando llegase el ataque.

Helge fue solo esta vez a reunirse con el nuevo contacto, un antiguo miembro del credo que llevaba desde los tiempos del mesías, de aquel tiempo solo se había confirmado la supervivencia de dos, el contacto y el que fue la mano derecha del mesías que ahora estaba desaparecido, además claro de todos los monjes de templos que quedaban con vida todavía.

Habían tenido que tomar múltiples medidas de seguridad para poder realizar el encuentro, para empezar, algunos guardias y soldados personales del antiguo miembro estarían presentes para evitar conflictos, tendría que ir Helge solo y por último, el antiguo miembro daría la ubicación a Helge para que fuese directamente al poder teletransportarse.

Obviamente aceptaron todas las medidas, enviaron por privado las coordenadas a Helge que fue al lugar de encuentro.

Una vez allí se fijó que esos soldados personales eran iguales a los soldados que habían sacado del segundo templo, también parecían muertos.

El soldado más cercano a Helge se le acercó y le habló, este último no tenía ni idea de que los soldados podían hablar, hasta ese momento ninguno de los que habían sacado del segundo templo había dicho nada, si podían hablar quizás podían aportar datos de relevancia.
-Las respuestas que buscas te serán concedidas, pregunta ahora, el amo no pudo venir pero yo responderé por el.

-Claro-dijo Helge-mi primera pregunta, ¿Cómo utilizamos a los soldados del segundo templo?

-Raro me parece que hayan encontrado el segundo templo, para utilizarlos tienes que darles una orden clara, puedes probar con las que hay en estas hojas-Dijo tendiéndole unas cuantas hojas de papel.

-Entendido-Dijo Helge-otra pregunta, ¿Qué fue de los primeros Díez templos?

-Doy por hecho que sabes que el segundo templo se utilizaba como centro de entrenamiento, el primero se utilizaba como biblioteca, una biblioteca con todo lo que puedas imaginar, el tercero era un laboratorio.

-Oh-dijo Helge-¿Y el resto?

-El cuarto era una escuela, el quinto un centro de reuniones, a partir de ahí son iguales, el sexto era otra biblioteca, el séptimo otro lugar de entrenamiento, el octavo otro laboratorio, el noveno otra escuela y el último donde los mayores exponentes de la religión se reunían.

-Supongo que fueron destruidos, ¿Verdad?

-Maravillosa pregunta, a día de hoy desconozco qué fue del primero, al segundo le cayó una bomba, el tercero sigue bien, el cuarto fue arrasado, el quinto fue destruido, el sexto sigue en pie, el séptimo sigue en pie, el octavo está destruido, el noveno también destruido y el décimo sigue en pie.

-¿Alguien importante queda vivo?

-Lo siento, solo dos miembros, supongo que ya lo sabías.

-Oh, pensé que quizás alguien más pudiese darnos información, una última pregunta, ¿Sabes como llegar a alguno de los templos que siguen en pie?

-Si, si lo sé, soldado dos, acércate-Dijo-Lo cierto es que asignarle un número a los soldados es bastante útil, anótalo también.

-Almirante, ¿Que necesita?-Dijo soldado dos.

-Necesito que me traigas los mapas.

-Señor, si señor.

El soldado dos se retiró y regresó con una unidad de memoria.

-Todo lo que necesitas saber está aquí chico-Dijo soldado uno, márchate.