El credo

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Esta gente poseía su propia base que cubría varias fronteras de países estando en una encrucijada entre otras, es decir, que tenía el paso estratégico si comenzaba una guerra ellos tenían todas las de ganar engallando a unos y otros.

Su seguro de vida era una estafa, pues se habían montado un monopolio y comprado a todas las empresas grandes del sector y vendían lo mismo que otros a precio de oro pero con otro nombre.

Se habían agenciado todo lo que podían y se habían vuelto millonarios, las malas lenguas rumoreaban que tenían un ejército personal... y tenían razón, tenían un ejército que habían comprado, aparte de tratos secretos con muchos países entre otras cosas.

Años antes de que esta agencia alcanzase a ser lo que es ahora eran los principales purgadores del credo y acabaron con todos los amigos del cura. Los encerraban en celdas cuando alguno de ellos iba por el seguro y lo dejaban morir de hambre después de torturarlo incontables ocasiones hasta que no pudiese mover.

Este incidente fue reportado al gobierno y a las autoridades, pero por falta de pruebas no les cerraron el chiringuito, y con falta de pruebas quiero decir que a base de sobornos todo se puede con el gobierno, los del gobierno tenían pensado sacarles el dinero y después cerrarles el chiringuito, pero la agencia cobró un poder inigualable Gracias a los negocios que hacían con drogas y órganos de la gente del credo.

Años antes, en la congregación de jóvenes curas del credo:

-bueno Adriel (el cura) ¿ya lo has oído? Las noticias digo.

-¿qué noticias?

-por lo visto hay gente que tiene un odio muy grandes nuestro credo, pero no pasará nada, estamos completamente seguros aquí.

Una semana después, por la noche:

Adriel despertó asustado, un ruido increíblemente fuerte lo había despertado. Se vistió y salió a ver qué estaba pasando, vio muchos alumnos corriendo asustados a la salida más próxima.

Se unió al grupo y preguntó a uno de ellos que estaba pasando.

-¿¡no te has enterado!? ¡Ha estallado una bomba en el edificio norte!-dijo mientras corrían-¡tenemos que salir de aquí! ¡Puede que haya más!

Adriel llegó a la salida y salió a la fría calle, agarró su teléfono y vio que eran las 2 de la mañana, llamó a su mejor amigo y recordó su conversación sobre la gente que odiaba al credo.

Su amigo era del edificio norte así que fue corriendo a socorrerlo, en cierta manera, eso fue su salvación, miles de clones que venían de alguien con ese poder habían invadido el colegio y las calles.

Encontró a su amigo sepultado, estaba desangrándose y apuntó de morir, la explosión no le había dado, pero si la onda expansiva. Adriel vio cómo los clones seguían entrando al colegio, tenía dos opciones, o pedir que lo salvasen y arriesgarse a morir, o esconderse debajo de algunos escombros y perder a su amigo.

Eligió la segunda, levantó una roca y se escondió debajo, le tocó ver cómo pasaban por encima del cadaver de su amigo sin poder hacer nada. No pudo controlar su poder, que se liberó por primera vez y se convirtió en un gigante de piedra que se descontroló y acabó con todo lo que había cerca.

Mató a todos los clones, pero también a todos los que habían quedado rezagados y destruyó el recinto en diez segundos. El gigante de piedra corrió a las montañas a esconderse y vivió varias semanas allí por miedo a que lo culpasen a él del desastre.