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De vuelta en el templo, Helge, Aren y Asmodeo esperaban la llegada del cura con sus dos antiguas compañeras.

-¿no se sorprendente? dos años han pasado para encontrarlas-dijo Aren.

-y que lo digas viejo, esta gente sabe mucho de esconder pero su defensa no es nada buena, quitando su agencia en medio de las fronteras claro-dijo Helge.


En el sitio ahora mismo mencionado, la agencia central:

-señor, ha llegado el cargamento del laboratorio 13-dijo su mayordomo mientras colgaba el teléfono.

-perfecto, que pasen con la muestra.

Varias personas entraron en la sala, una sala preciosa en una torre enorme que conectaba con varios países y que tenía una costa privada delante, se podía decir, que era su propio país completamente pequeño y "vigilado" por todos los países con los que hacía frontera.

Detrás de esa costa, justo delante de la Torre había un pequeño bosque que plantaban todas las mañanas.

Y detrás del bosque, una magnífica torre que se alzaba sobre una edificación del tamaño de un crucero.

-traigan las gracioso.

-enseguida señor, ¡marchando con el avispado!

Un doctor entró bailando en la sala junto a un pibe encadenado a una camilla.

-aquí lo traigo señor, le aplico la nueva.

-aplícale la nueva al payaso ese.

El doctor agarró una muestra, una pequeña vacuna inofensiva con un mejunje extraño en su interior.

-esperad, el listo se está despertando-dijo el jefe.

El de la camilla terminó de despertar y empezó a gritar al ver la vacuna.

-¡porfavor! ¡Cualquier cosa menos eso!

El jefe se levantó y colocó su cabeza justo encima de la suya.

-te liberaré.

-Gracias, sabía que lo que decían de usted era cierto, es un gran hombre.

-si, soy bastante alto, te soltaré, en la basura, venga, marchando con el pinchazo.

-¡malnacido! ¡Ojalá te pudras en el infierno!-se intentó liberar de la camilla pero el jefe lo tumbó en el suelo rompiéndole varios huesos dejándolo en el suelo moribundo, el golpe fu tan fuerte que dejó un boquete en el suelo.

El jefe agarró la vacuna y aprovechando que seguía consciente se la pinchó en un ojo.

-perdón, ahí no era-el de la camilla gritó de dolor.

Se la volvió a pinchar, ahora si, acertando en la vena, que descuidado el jefe porfavor, empezó a convulsionar y su poder se activó solo, agua, era agua, empezó a lanzar agua por toda la sala hasta que se ahogó y se murió.

-señor, lo felicito a usted y a toda su magnífica empresa-dijo el jefe mientras se limpiaba la sangre de las mangas con un pañuelo-haga saber que estoy satisfecho con el producto, el pago lo espera abajo.

Pero abajo solo esperaba más muerte, mientras bajaba, se dio cuenta de que todos lo miraban con cara de pena, y para cuando llegó abajo ya era tarde. Unos hombres lo esperaban y le metieron la cabeza en un saco.

Le rompieron las piernas con unos martillos y lo dejaron en el suelo malviviendo. Para rematarlo lo subieron por las escaleras y lo dejaron caer varios pisos.

Mientras tanto, el jefe miraba satisfecho las cámaras, por un lado, podían decir que se habían encargado de una agencia de drogas, que era cierto, los habían matado a todos, y por otro tenían la fórmula y el producto de una droga que podía potenciar poderes, así que, al negocio socio.

De vuelta con Helge, Aren y Asmodeo:

-Adriel, cuanto tiempo-Aren corrió a abrazarlo y Aren y Asmodeo hicieron lo mismo.

-Chicos, apenas han pasado unos días.

-¿y bien, qué tal la operación?

-bastante bien, volvemos a estar todos reunidos.

Un rato después:

Adriel caminaba tranquilamente por la calle, visitaba varios sitios que conocía y compró comida, cada vez que él iba a un sitio alguien lo seguía, una persona que era fácilmente el pero del otro bando, su poder también lo hacía gigante, pero era un gigante hecho de metal.

Adriel llegó a la costa y se quedó contemplando el vasto y amplio mar. Estaba en una costa que pocos conocían que se encontraba en medio de unas rocas.

El hombre que lo seguía se quedó detrás de él y le apuntó con un arma.

-Adriel, sin apellidos, tengo que hacerte unas preguntas y vendrás conmigo para responderlas.

-temo que eso no pasará, no he hecho nada fuera de ley estimado amigo, pero si quieres llevarme por la fuerza tendrás que pelear contra mi.

-No veo ningún inconveniente en ello Adriel, adelante, luchemos.

Adriel se dio la vuelta y le pidió al hombre que dejase su arma y este le hizo caso.

-comencemos pues-el hombre se convirtió en un gigante y empezó a reírse-según me consta, no eres capaz siquiera de controlarte usando tu poder.

-bueno, lo intento y eso me vale-Adriel se convirtió en gigante también y los recuerdos de sus amigos muertos fueron a su mente y mientras seguía consciente gritó.

Después perdió su consciencia y el gigante peleó por el.

Empezaron a intercambiar golpes con fiereza pero el hombre era claramente superior a Adriel.

-eres realmente penoso, no controlas tu poder-dijo el hombre mientras le pegaba una paliza a Adriel-pero me caes bien, mi nombre es Oliver, has el favor de acompañarme.

El poder de Adriel se apagó y cayó al suelo convertido en humano de vuelta.

-los que se las dan de héroes caen los primeros viejo de mierda-dijo Oliver.

Oliver cogió a Adriel y se lo llevó consigo, la policía acudió al lugar de la pelea pero ya no había nadie allí.

El credoWhere stories live. Discover now