El credo

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-¿Qué es este sitio? ¿Qué hago aquí?-Xavier estaba tirado en un suelo de tierra en algún lugar oscuro con un hedor horrible.

Se puso en pie y comenzó a mirar hacia todos los lados, solo veía montañas de basura, miró al cielo, pudo suponer que se encontraba en una especie de caverna, caminó y logró salir de esta pues era bastante pequeña y volvió a dirigir su mirada hacia arriba.

El cielo, si así podía llamársele tenía un tono grisáceo, lo único azul era una imponente grieta en este por donde caía más y más basura.

Más pronto que tarde un ataque de ansiedad lo golpeó, no lograba entender nada de lo que había pasado después de ese choque de fuerza en la torre de la agencia.

¿Para qué debía intentar comprenderlo? El solo había sido partícipe de algo que ya estaba predestinado a pasar.

¿Lejos de allí?:

-Helge, Helge, despierta, porfavor.

Abrió los ojos, se encontraba en algún lugar junto con el resto de la banda, excepto Aren, el no estaba ahí, el ya no estaba en ningún sitio.

-¿Qué sucedió?

-No estoy segura, perdimos contacto con el resto-Valentina estaba preocupada y Verónica estaba sentada en un rincón de la habitación, completamente abatida-Usa tú poder, intenta llevarnos un momento a la torre, para ver el desenlace, para buscar a Adriel, a Asmodeo y a Lucía.

Helge se concentró para teletransportarse al campo de batalla, pero algo no iba bien, no solo no podía llegar allí directamente sino que tampoco lo conseguía visualizándolo en su mente.

-No puedo...

-¿Cómo que no puedes? ¿Es una broma cierto? No me gustan las bromas así, sácanos de aquí, ¡Ahora! ¿¡Qué quieres decir con eso!?-Se lanzó hacia su amigo y estuvo a nada de golpearlo pero se frenó en el último momento.

-No bromeo, tampoco entiendo que pasa, solo sé que estamos atrapados aquí, sin salida... mierda.

¿En otro lugar?:

Adriel estaba tendido en el suelo, el esfuerzo no le permitía moverse, siquiera arrastrarse, podía susurrar para que Azai lo escuchase, eso era todo.

-¿Lo maté?

-Al menos no está aquí, eso es todo.

-Maldición, ¿Tú también notaste eso cierto?

-¿Te refieres a ese cambio en la presión tan repentino?

-Si, para mi fue como si el mundo se partiese en pedazos y todos fuesen enviados a lugares distintos.

-Ahora que lo dices, creo que tienes razón, no puedo ver más allá de esta playa.

-Si pudiese levantarme lo comprobaría, ¿Qué hay de la batalla?

-Se acabó, ya no tiene caso matarte, tan siquiera podemos alejarnos el uno del otro, estamos atrapados.

Ambos suspiraron, Azai trató de llegar arriba de la playa para observar más allá, pero no veía nada, también intentó caminar lejos pero una barrera invisible se lo impedía, por lo tanto decidió volver con Adriel.

-No entiendo, de verdad que no, nada tiene sentido ahora.