POSITIONS

KARMA

Mientras caminaba de regreso hacia su habitación que le fue asignada desde que llegó a la mansión se sentía sumamente agobiado y confundido Bakugo, en tan solo unos minutos de conversación y memoria había desencadenado una bomba que los regresó a ambos hacia el pasado.

Caminaba recordando los cambios en el rostro de Deku, su pequeño rubor y alegría al recibir las flores que le había dado, su seriedad cuando intento ver el contenido del baúl en su habitación, su reacción de dolor seco, frío y monótono cuando revivieron aquel día, su expresión de complacencia y satisfacción que mostró cuando pidió perdón y clemencia, pero sobre todo su cara y mirada de molestia, enojo e ira hacia su persona como la suya en aquel día.

En un solo día logró presenciar tantas parte del pecoso que lo dejaron cansado, no le gustaba para nada recordar aquello pues los sentimientos negativos lo invadían sin cesar, lograndolo sentir despreciable y horrible hasta que Deku lo obligó a recordar. Llorar y expresar sus sentimientos no eran parte de su vida y detestaba mucho hacerlo pero con Izuku todo el panorama era diferente, con él podía mostrar su dolor, su vulnerabilidad, su tristeza, sus deseos, sus anhelos, intrigas, su miedo y sobre todo su felicidad.

Él y solo él podía cambiarlo a mil maneras que ninguna otra persona podría hacerlo jamás, eso lo había descubierto cuando descubrió todo y comprendió el error más grande que había cometido en su vida, no ayudarlo, darle la espalda y dejarlo solo.

No se dio cuenta en que momento había regresado a su habitación, entró con pesadez, se quitó sus zapatos y se lanzó hacia su cama frustrado, cansado y confundido.

Soltó una exhalación con pesadez, aunque no quería debía hacerlo, había abierto una herida que nunca logro cicatrizar bien, respiro profundo y cerró sus ojos para volver atrás.

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Después de ver partir a Deku como a un criminal se sentía dolido, aquel chico de ojos y cabellera verde, con pecas y carisma al igual que encanto que conocía desde casi toda la vida lo había traicionado para su beneficio.

Todos querían hablar del asunto pero él estaba harto de todo y de todos, con la misma rabia que mostró se alejo de todo el mundo y se encerró en su habitación sin importarle las muestras de ayuda por parte de sus amigos y los reproches de Aizawa por que se quedara para que todos pudieran discutir de lo acontecido.

En sus aposentos encontró una figura de All Might pequeña que utilizaba con Deku de niños para jugar, ver aquel juguete lo enfado aún más y con enojo lo lanzó hacia la pared destruyendolo.

-MIERDA!- exclamó mientras los restos de la figura caían al suelo.

Se sentó en su cama, se jalo el cabello con fuerza y desesperación mientras pequeñas lágrimas de ira salían de sus ojos.

La persona que amaba y que cuidaría en el futuro lo había apuñalado, o así era como lo sentía, recordar el teatro y la actuación que mostró para quedarse y hacerlos sentir que era inocente lo enfurecieron más, vaya que su dolor y sufrimiento se sentía creíble y real, pero no lo consiguió y al final se marchó.

Lo único que hizo fue dejarse caer y abrazar su almohada mientras lloraba a lo bajo y maldecia.

-Maldito nerd de mierda, maldito Deku, maldito- repetía con su cara pegada a la almohada.

-Maldito Aizawa, malditos villanos, maldito All Might-

-Malditos todos-

Ahora debía seguir solo y con su vida, sería duro y difícil pero era lo que tenía que hacer, tenía la esperanza que aquel amor muriera con el tiempo.