PRISIONERO

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Una vez que había recibido todos los presentes por parte de los chicos, relojes, camisas, fragancias, zapatos, chaquetas e incluso unos pendientes que le había dado Momo, su interior parecía estar quisas feliz, el simple hecho de ser objeto de tanta amabilidad era agradable.

Antes de comenzar a tocar el pastel que le había horneado Suni, Hitori se acercó un poco nervioso a él mientras tenía las manos en la espalda intentando esconder algo.

-Izu- habló algo nervioso y ansioso.

-Hitori, que pasa?- habló suceptible y relajado.

El miedo en el interior del menor comenzó a apoderarse de él, temía que su obsequio no fuera tan bueno después de todas las cosas que había recibido ese día, de forma desesperada busco ayuda con sus ojos y vio como Kirishima y Kaminari lo alentaban a espaldas del pecoso para darle aquella tarjeta que tanto esmeró había escrito para él, aquellos héroes le brindaron aliento y valentía que con desición dejó mostrar lo que traía en manos y se lo tendió para que pudiera apreciarlo.

-Izu esto es para ti, espero que te guste, lo hice yo mismo- expresó valiente.

Por dentro su corazón se sintió tan feliz y lleno de amor que sin duda tomó la tarjeta con delicadeza de sus manos y la contemplo, una hoja doblada llena de diamantina, calcomanías, una pequeña redacción de unos cuantos párrafos bien escritos pero con letra horrible donde expresaba el amor y cariño que le tenía.

En todo el día había tenido distintos actos y muestras de cariño y afecto pero aquella fue la que más atesoro y amó, aquel día ya era perfecto, uno de los mejores que había tenido desde hace tiempo.

Poco después notó que en el reverso había un dibujo de ambos, una obra abstracta de Hitori y él juntos donde lo llevaba en sus hombros y en la esquina una pequeña cita.

-"Te amo Izu, eres el mejor"-

No pudo evitar lo hermoso que se sintió leer aquello y lo abrazó mientras besaba su cabeza de la misma forma en la que solía hacer con Suni robándole pequeñas risas y alegrías a Hitori.

-Es hermoso, gracias Hitori, me a gustado mucho, sin duda es el mejor regalo de todos- expresó feliz y amoroso.

El menor sonrió orgulloso y pasó sus ojos por toda la habitación observando como cada uno de los chicos lo felicitaba con los ojos, movimiento de labios, pulgares arriba y sonrisas, incluso notó como Bakugo le sonrió y levantó su pulgar en forma de orgullo y aprobación por haber sido el mejor y el que más alegría le causara.

Con ello por fin dieron por sentado aquel tema de los obsequios y partieron aquel pastel mientras cantaban hacia el peliverde.

Aunque no decía mucho todos notaron que Deku estaba bien, quisas alegre y feliz que las palabras no necesitaban desfilar aquella tarde nocturna para darse cuenta que estaban haciendo lo correcto, ser unos buenos amigos.

Al terminar mientras algunos seguían comiendo el peliverde se preparó para despedirse, debía de alistarse pues tenía un asunto con alguien.

-Chicos, les agradezco mucho lo que han hecho el día de hoy, gracias por sus felicitaciones y sus regalos- habló sincero hacia todos.

La antigua clase A le sonrió complacidos y orgullosos por aquel logro.

-Y bueno, ahora tendrán que disculparme, tengo un compromiso en unos minutos con alguien y debo alistarme, por favor sigan comiendo, disfruten la velada- terminó Deku quien se dio la vuelta y salió del comedor hacia su habitación.

Mientras los chicos, Suni y Hitori veían como se marchaba, Bakugo notó que había cierta anomalía con aquel compromiso que tenía y quedó en su interior cierta incertidumbre.

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