INFIERNO

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Miró hacia ambos extremos del pasillo si había alguna persona que se acercara pero no había nadie así que comenzó a descender las escaleras, a los pocos segundos el hueco por donde había entrado se cerró dejándolo a oscuras.

Sus ojos no podían ver nada, solo un fondo oscuro que parecía infinito, por suerte traía los anteojos que le había regalado Hatsume así que se los volvió a colocar activando la visión nocturna para poder saber donde pisar.

Los pasos que daba por los escalones para descender eran silenciosos y suaves.

Siguió así unos 5 minutos hasta que llegó al último escalón y solo había suelo que se extendía hacia el frente.

Los lentes comenzaron a mostrar un mundo más borroso y oscuro, eso significaba que otra vez se estaba acercando a un lugar con luz y se los quito.

Al frente había una entrada iluminada con una luz que parecía abrirse hacia adentro dándole a entender que había otro pasillo cruzando aquella entrada y decidió abrirse en ella sorprendiendose al ver que este poseía varias habitaciones que se juntaban por ambos laterales unas con otras hasta el fondo donde había una más.

-"Esto está un poco extraño"-

Camino hacia el frente ignorando las demás habitaciones y se posó frente a la última puerta. Puso su mano en la perilla y la abrió adentrándose de nuevo a la oscuridad.

Dio unos pasos y la puerta se cerró rápidamente dejándolo encerrado.

Izuku se dirigió a la puerta para intentar abrirla y de la nada un gas comenzó a salir de unos conductores de aire que había encima de su cabeza.

No podía ver nada pero reconoció un cambio en el aire y un olor extraño en la atmósfera, además del sonido del gas escapando de aquellos conductos.

Tomó una parte de su vestuario y se lo acercó a la boca y la nariz para no inhalar nada mientras intentaba aún escapar pero parecía ser inútil, la puerta no cedía antes sus esfuerzos.

Había caído en un trampa y lo sabía, opto más por controlar los sentimientos que estaba sintiendo e intento tranquilizarse lo mejor que podía.

Sus ojos comenzaba a sentirlos pesados aún cuando no veía nada, pensó en Hitori, en Bakugo, los demás, tenía que pensar en lo que sucedería después si despertaría y sin más se desmayó cayendo al suelo.

Mientras tanto...

-Bueno, creo que ya estamos todos Bakugo- habló Kirishima.

El rubio se dio la vuelta y miró a sus compañeros.

-Ya todos se inyectaron esa mierda?-

-Ya amigo solo que tenemos un pequeño problema, Hatsume hizo el número exacto de todos y al parecer se llevaron sus dosis, no quedó ninguna para darle a Hitori-

Bakugo observó la suya que llevaba en su mano y asintió.

-No hay problema pelos de mierda, ya tengo la solución-

El pelicenizo se alejó de él y camino justamente donde estaba el menor sin saber que hacer.

-Qué tienes?- le preguntó Bakugo.

-Nada señor, solo estoy viendo como se están protegiendo todos, creó que no hay para mí-

En silencio tomó una jeringa de la caja donde tenían los equipos médicos así como un poco de algodón con alcohol.

Lleno la jeringa con el suero que estaba en su frasco y dio pequeños golpesitos para probar que administrará bien el líquido.

-Bueno mocoso- dijo mientras se agachaba para estar a su altura- creó que si habrá para ti, no te muevas será rápido-

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