DIVINO Y DOPADO

837 82 22
                                    

Habían transcurrido ya cuatro días desde que se separaron y se notaba gradualmente la ausencia del pecoso en la mansión.

Los chicos entrenaban para poder distraerse, Angelo y Hatsume estudiaban cualquier cosa que captara su atención para pasar el tiempo, Manyuda como siempre se veía tranquilo revisando asuntos pendientes de su trabajo, haciendo llamadas, archivando documentos, Suni solía pasar casi todo el día haciendo limpieza , cocinando, atendiendo lo más que podía a Rika con su problema, ayudando en cualquier tarea que pudiera hacer, era persistente en mantener la cabeza ocupada.

Las dos personas más afectadas eran sin duda Bakugo e Hitori.

A diferencia de siempre con su actitud explosiva e irritante, ahora solo se veía decaído y con la cabeza en otro lugar, entrenando solo, dando paseos por la mansión, perdido era como estaba.

En cambio el menor era quien más sufría, siempre estaba triste, distraído, dejaba aún lado sus tareas y simplemente estaba gran parte del día en la habitación del peliverde.

Mientras caminaba por los pasillos comiendo el tiempo Bakugo llego sin querer a su habitación y notó que la puerta estaba abierta.

Decidió acercarse al marco para mirar y ahí estaba el menor sentado en su cama mirando hacia el closet.

Parecía estar pensativo, no apartaba la mirada de ahí o eso era lo que pensaba.

-Me gusta mucho ver como se viste Izu, siempre que puede me dejaba venir a su habitación y observar lo que se ponía, me encantaba ver que daba vueltas por ese cuarto para escoger cosas que iba a usar y que no- dijo con tristeza.

Le sorprendió mucho que lo hubiera descubierto, era un niño muy listo sin duda.

Entro a la habitación y se acercó a la cama para tomar asiento a su lado.

-No hables así Hitori-

-Así como?-

-Como si no lo volvieras a ver-

El menor lo miró decaído.

-Que no va a ser así?- preguntó triste.

-No, no lo va a ser, yo me encargaré de traerlo de vuelta y este con nosotros, ambos no hemos podido disfrutarlo mucho tiempo como para resignarnos a ya no volver a verlo, me niego a aceptar eso, es algo que tú también debes hacer, no pienso perder al amor de mi vida y tú tampoco al mejor padre que podrías tener-

Sus ojos comenzaban a llenarse de brillo.

-Creo que tiene razón- dijo más optimista.

-La tengo carajo, yo también estaba sintiéndome así por no verlo pero me hiciste darme cuenta que no tengo que estar así, no es el final de nuestra relación con él, así que cambia esa cara y vamos a recordarles a todos los inútiles que hay aquí lo que debemos hacer-

Su rostro se iluminó más y lo tomó de la mano con entusiasmo.

-Vamos!-

Ya no le molestaba para nada ese tipo de muestras que tenía Hitori con él, era agradable cambiar el animo como adulto al menor, era reconfortante.

-"¿Ah sí se sentirá Deku cuando esta con él?"- pensó.

Todo era y seria horrible, en su tercer día ahí le había hecho una lobotomía para ver si lograba cambiar algunos conceptos y percepciones que tenía de lo que era bueno o malo según su postura. Gritó como un loco al tener una enorme aguja rosando su cerebro pero solo consiguió que entrará en un estado de paranoia que duró horas hasta que su voz se quedo sin fuerza y se desmayó.

POSITIONS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora