DIOS

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De forma precisa y directa Deku había esparcido a todos por el gimnasio y comenzó a explicarles a cada uno las mejores técnicas y movimientos para el estilo de pelea y la mejor manera de ganar según cada persona.

A Mineta le propuso técnicas que mejor pudiera usar para aprovechar su estatura, a Toru su invisibilidad, Mina su agilidad, Iida su velocidad y así con todos.

Tomo en cuenta cada perspectiva, debilidad y ventaja para enseñarles al máximo y los colocó en dúos para practicar, excepto Bakugo quien quiso estar solo.

Deku había tomado en cuenta que el pelicenizo era rápido y ágil en combate, tenía manos y brazos fuertes que podían soportar aquellas grandes explosiones que podía causar, pero a excepción de eso no estaba acostumbrado a pelear directamente, con golpes directos por lo que el peliverde tuvo que enseñarle ciertas técnicas que podía utilizar a su favor.

El pelicenizo estaba en la esquina del gimnasio practicando solo mientras lanzaba golpes al aire en practica como si estuviera en una pelea verdadera, estaba tan concentrado que no notó la presencia de Deku quien se hallaba en un pared recargado observándolo en silencio.

-Qué es lo que pasa?- preguntó.

-Lo estas haciendo mal- recalcó esté.

-Ah sí!, por qué?-

Deku se alejó de la pared y se acerco a él hasta estar uno enfrente del otro.

-Tienes una buena técnica pero no sabes como utilizarla, estas peleando como si estuvieras tenso o forzado, necesitas dejarte llevar y fluir como si estuvieras utilizando tus explosiones-

-Puede que tengas razón- declaro Katsuki.

-Y la tengo, así que mejor práctica de una forma más servicial- propuso Deku- intenta atacarme.

Comenzaba a deducir Katsuki aquellas intenciones, casi como aquella ocasión donde pelearon pero ahora Deku era la persona que le hacía la propuesta, lo observó sutil intentando encontrar algo esperanzado en su rostro tranquilo, el peliverde se posó en su mira y extendió ambos brazos invitándolo a acercarse y atacarlo.

Esta vez no quiso pensarlo demasiado y de forma rápida se lanzó hacia él directo a su costilla, casi pudo alcanzarlo pero Deku tomo su brazo antes de tocarlo y lo torció para poder golpearlo con su misma extremidad en la cara. Quedo aturdido unos segundos para después recobrar la postura.

Rápido atacó lanzando varios golpes en diferentes direcciones pero el peliverde era más rápido y en un punto vacío lo golpeó en el estómago sacándole ligeramente el aire y empujándolo a unos cuantos metros.

Con toda la agilidad Deku corrio hasta él e hizo una pirueta en el suelo para después lanzar ambas de sus piernas hacia sus hombros levantándose en el aire y derribandolo en el suelo.

No supo como sucedió todo pero fue tan rápido que de un momento a otro estaba recostado en el piso con el peliverde encima de su pecho sentado observándolo.

Su corazón y sus pulmones estaban al cien, la fuerza de sus respiraciones podían levantar el peso de Deku de arriba hacia abajo, podían sentir con claridad todo su peso encima de su cuerpo, sus fuertes piernas, sus glúteos firmes, sus magníficas manos reposando encima de él, sentía el impulso de deslizar las suyas desde su parte inferior, recorriendo cada parte del peliverde con delicadeza y sutileza, desde el comienzo de sus piernas hasta sus glúteos, de ellos hacia de pequeña cintura, ir subiendo y recorriendo sus marcadas curvas y llegar hasta el final de su nuca para poder lanzarlo hacia su rostro y besarlo.

Parecía tener al mismo Dios o un angel encima de él, tan pletórico y hermoso era.

Desde su posición estaba encima de Bakugo, de un momento a otro lo había derribado y ahora estaba sobre él con una vista hermosa, estando arriba de él tenía algo divino de ver, su cara relajada, soltando respiraciones aceleradas, sus ojos rubí enfocándose en él, no sabía el porqué pero era tan bien estar así.

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