POSITIONS

AMOR Y ODIO

Aquellos recuerdos y memorias que habían renacido de nuevo en sus mentes los sacudió, ambos estaban recordando aquella época y aquel día cuando lo acusaron de traidor y lo expulsaron de la academia destrozandolo y convirtiéndolo en la persona que el peliverde era ahora.

En un momento dado ambos se habían soltado, Katsuki estaba tan absorto y perdido en el pasado y en el ayer que tenía la mirada baja.

No supo en qué instante comenzó a llorar hasta que el recuerdo que fue efímero había acabado y volvió a alzar la vista viendo de nuevo el rostro de Deku. El rostro que mostraba Bakugo en ese momento reflejaba dolor y culpabilidad, con su cara algo rojiza y sus mejillas pintadas por un rastro seco de lágrimas que habían dejado a su paso al momento de salir, dando permiso a que nuevas siguieran por ese camino.

Cuando vio el rostro de Deku noto que él también estaba llorando pero era muy diferente, solo había derramado unas diminutas lágrimas que parecían ser casi imperceptibles, reflejaba un rostro y una mirada fría, aquella reacción lo sacudió por dentro, parecía ser que ya no sentía nada.

El peliverde tocó su rostro secando con sus dedos una última gota que fluía y contempló el rastro que había dejado, parecía observar en la yema de su dedo algo que le causaba insignificancia y monotonía, algo patético e idiota.

El ver su rostro dolido sonrió débilmente para sus adentros, jamás pensó que lograría ver una expresión de Bakugo que mostrara dolor y culpabilidad.

-Así que lo recuerdas- emitió el pecoso

Bakugo lo miró aún con sus ojos vidriosos y resplandecientes.

-No hay día en que no recuerde aquella tragedia, jamás podría olvidarlo-

-Eso tiene sentido, como podrías olvidar el momento en que tú y los demás me desterraron y me arruinaron mi sueño- comenzó a citar el pecoso mientras el pelicenizo se sentía cada vez más horrible- aún recuerdo las miradas de todos y cada uno de ustedes, como me mostraban su odio, su miedo, su asquedad y su repulsión hacía mí, vaya que me hicieron sentir como una mierda en ese momento- bufo el peliverde.

Mientras más hablaba Deku más dolor sentía, su interior, su corazón y su consciencia ardían a brasa viva sofacandolo y debilitandolo lentamente.

El rostro y las palabras de Deku estaban impregnadas de molestia e inconformidad, con su mirada llena de violencia y fuerza, intentando acabar con él, hacerlo sentir pequeño, débil y culpable.

El lo sabía más que nadie pues fue la misma forma en la que él lo miró el día que fue expulsado, pero a diferencia sobre las palabras, él expresaba a través de gritos e insultos llenos de rabia su furia, Deku utilizaba la elegancia y la simpleza para acabar con sus adversarios, no necesitaba gritar ni insultar para hacer sentir a la personas como la mierda y la aberracidad, solo necesitaba encontrar el momento y las palabras correctas para aplastar a alguien, eso lo aprendió con los años, y esta ocasión la aprovecharía para lastimarlo y sentirse mejor.

Katsuki cayó al suelo delante de sus pies, aunque él le había hecho lo mismo no podía soportar ver aquella expresión destructiva, sentía mucho asco de si mismo y mucha rabia, sentía ser el ser más despreciable del mundo.

-Aún recuerdo perfectamente las palabras que me dijiste cuando pedí tú ayuda- expresó Deku.

-Por favor, no las digas, te lo imploró- expresó dolido Bakugo mientras se aferraba a sus piernas.

Podía cumplir su petición y dejarlo en paz podía, pero quería ver que sintiera el mismo dolor y la misma culpa.

-Me dijiste que era una persona despreciable, que era una maldita mierda que no merecía vivir- expresó filosamente- que utilicé a All Might para mi beneficio, aún lo creés.