POSITIONS

MIEDO

Ya había transcurrido el día entero y era el anochecer, todos se habían ido a sus habitaciones a descansar, el único que parecía estar sumamente intranquilo era él, todos estaban involucrados, les importaba que lo recuperarán, pero aún con eso la angustia y las ansias de tenerlo ya cerca solo lo consumían, seria una larga noche, quizá ni podría conciliar el sueño siquiera.

Para intentar conseguirlo decidió dar un paseo, las noches siempre las había sentido agradables desde que había pisado ese lugar por primera vez, esta no sería la excepción.

Fue al lugar más importante para él y su favorito, el invernadero.

Salió de la mansión y camino por el exterior apreciando el cielo estrellado e inmenso sobre su cabeza, era un ambiente agradable.

Cuando iba a llegar vio una figura de pie frente a la puerta de su objetivo y se acercó más para ver de quien se trataba.

Fue un poco extraño y sorpresivo ver que era la chica de quien había salvado Deku y se acercó.

Nunca habían tenido alguna conversación directa, pensó que todos estaban en sus habitaciones durmiendo, ¿por qué ella estaría ahí?.

Al escuchar unas pisadas aproximarse se dio la vuelta y vio que se trataba de Bakugo así que se relajo.

-Solo es usted- dijo aliviada.

-Qué haces aquí, por qué no estás en la mansión como los demás?-

Aunque pareciera algo arrogante no se inmutó y se relajo.

-Quería solo venir a ver este lugar es todo, la Srita. Young me comentó que este lugar es más hermoso de noche y quise comprobarlo yo misma- dijo mientras aún veía la entrada con una expresión apacible.

Para él era una chica extraña.

-Y usted por qué esta aquí?- preguntó ella.

-No tengo por qué decírtelo loca-

-Este es un lugar especial no es así, es uno de los lugares favoritos del joven Izuku-

El pelicenizo volteó a verla confundido.

-Suni me habló de él, es una de las razones por las que quise visitar este lugar-

No entendía por qué ella sentía curiosidad del pecoso.

Rina camino y entró al invernadero dejando al rubio atrás.

-Qué haces bruja?!-

-No dije que quería ver este lugar, pues eso es lo que voy a hacer, no se que es a lo que has venido tú?-

-A verlo también, este lugar es importante-

-Pues también entra si tantas ganas tienes de estar aquí- propuso y se adentro más dejándolo afuera solo.

-"Maldita chica loca, ¿quien se creé que es?"- pensó y entró al invernadero.

Los recuerdos dulces de él y el peliverde lo inundaron una vez que entró y pasó sus ojos por todo el lugar observando lo aún hermoso que era, aún cuando había una que otra flor un poco descuidada, el único que cuidaba ese lugar con dedicación no estaba, quizá debería hacerlo él también.

Rina estaba tan asombrada por lo que había a su alrededor, se veía en sus ojos, como un niño cuando pisa una jugueteria.

-Esto es hermoso, hay tantas plantas y flores aquí que parece el paraíso, ya veo por qué Suni me dijo que viniera en la noche, luce como si hubiera magia aquí, es tan espléndido- dijo maravillada.

Paso sus ojos por todas las plantas que había y se enfoco en una que había al fondo, pequeña, similar a un arbusto, con flores y unas especies de bayas creciendo en ella, no dudo en acercarse para querer tomar una.