GRIEGO

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Con solo abrir los ojos sentía que el día ya era descomunal y colosal, quería que todo fuera perfecto, lograr pasar la mayor parte sino que todo el día junto a su lado para apreciarlo y agradecer desde sus adentros por tenerlo de nuevo cerca y poder volver a estar presente en este día.

Se ducho primero y se cepillo los dientes, después se vistió de una forma más ocasional pero elegante para llamar su atención y vio por última vez su obsequio que ya tenía listo esperando que estuviera bien.

-Todo está jodidamente perfecto- habló para si mismo.

Antes de salir de su habitación se vio por última vez en su espejo para observar su estado y si se veía presentable, colocó un rastro de loción en su cuerpo y cuello, entonces salió disparado hacia el vestíbulo pues tenía que recibir junto con los demás a la maldita persona que estaría de visita, cosa que no le agradaba para nada.

Al llegar todos ya estaban ahí vestidos algo más casual que los demás días, por lo visto todos querían dar buena impresión.

-Amigo me alegro que ya estés aquí, veo que también te vestiste mejor para este día!- comento feliz Kirishima.

-Solo lo hago por Deku pelos de mierda, no por la maldita persona que vendrá-

-Eso es muy bueno amigo, me alegra mucho que demuestres tu interés en las pequeñas cosas, nosotros también quisimos arreglarnos un poco mejor por él también, es su cumpleaños después de todo y debemos dar una buena imagen y un buen recuerdo-

-Hablando de Midoriya, aún no ha llegado verdad?- cuestionó Mina.

-No, pero me imagino que ya no tarda, talvez esta atendiendo unas cosas- comentó Iida.

Mientras todos comenzaron a hablar sobre quién sería la visita y que relación tenía con el peliverde, sobre que cuales eran los obsequios de cada quien, sobre que cosas pasarían durante el día Bakugo no dejo de pensar en cómo fluiría el transcurso de su cumpleaños y si lograría tener un momento del día para estar a solas con él, de repente llegó el pecoso quien se asomó desde la barandal de las escaleras.

-Buenos días- expresó educadamente mientras veía a todos desde su posición.

Todas las conversaciones se detuvieron y enfocaron su atención en él. No era de esperar que Bakugo fuera la persona más enfocada y atenta que se quedó sin habla.

Deku comenzó a bajar las escaleras y sin duda maravilló a todos con el estilo y la apariencia que mostraba aquella mañana.

Su cabello verdoso fue peinado de forma más reluciente para que no tapara su cara en ningún momento, resaltando más sus pendientes de un zafiro precioso que destellaban con los rayos de sol que traspasaban las ventanas.

Llevaba una camisa blanca ajustada a la perfección a su cuerpo acompañada y envuelta de un corset azul divino que dibujaba y peinaba su silueta y complexión de una manera que descolocó a todos.

Desde su cintura enmarcaba lo pequeña que era e iba subiendo mostrando lo curveado que era su cuerpo hasta su pecho que se cortaba esta en dos secciones cada una dirigida hacia sus hombros resaltando su pecho con su camisa.

Su espalda estaba dibujada de zigzags por los hilos de una forma tan precisa y exacta que no supieron si lo hizo el solo o alguien lo ayudó a colocarlo pero no importó mucho pues era hermoso y más pues todo el corset tenía detalles dorados que lo hacía resaltar más con la luz.

En medio de su pecho una corbata azul más oscura palpitaba elocuentemente, con un nudo perfecto abrazando su cuello y por muy cerca su corazón.

De la cintura hacia abajo su pantalón blanco de una tela preciosa que abrazaba sus caderas e iba contorneando sus piernas formadas al igual que sus glúteos grandes y fuertes hecho a la medida hasta sus pies que eran envueltos en unos zapatos con plataforma blancos que descubrían ligeramente su pie mostrando algo de piel, sumamente hermosos eran su calzado.

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