FUEGO/CALOR

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Ese sentimiento de desolación, estar solo era tortuoso.

En un solo día, tantas emociones que había experimentado con y por el peliverde, desde el deseo y la excitación, la vividez, el contacto, la escena eufórica hasta la sensación de soledad, de nitidez, el débil tacto del dolor.

Intentando en su cabeza deducir el motivo de su repentino cambio sin conocerlo y solo observó el auto que se alejaba de él haciendo más grande el hueco en su corazón.

Cuando arrancó el auto estaba perdido en un mar de emociones y sensaciones, estaba encantado y perdido en el recuerdo de aquella pletórica escena danzando en los brazos de Bakugo, sufriendo de dolor ante los cambios que había experimentado su cuerpo, la repugnancia por el beso y el toque de Momobami, la ansiedad por que casi acabaría todo ante la nueva misión, para él quizá aquella fuera la cosa más sencilla de sobrellevar con todo lo que estaba experimentando.

-"Todo esto es tan confuso, solo quiero llegar a casa y desparecer un rato"-

Tan absorto y perdido estaba que no notó cuando ya estaba por llegar a la mansión.

Con delicadeza se estacionó y salió del auto mientras el frío de la noche golpeaba su rostro, la frescura nocturna fue algo reconfortante y suspiro, era el primero en llegar, poco llegarían los demás.

A paso suave camino a la entrada y entró, no había nadie en el vestíbulo así que se encaminó a su habitación, en el pasillo que daba a su cuarto estaba Angelo esperandolo.

-Lindo al fin llegas, qué tal les ha ido?- preguntó capcioso.

Quiso mostrar una expresión que brindara confianza.

-Nos fue a todos bien, al parecer no hubo contratiempos que causaran algún problema a la misión, todo salió de acuerdo a lo planeado- expresó gentil mientras caminaba a su puerta.

-Y cómo han ido las cosas con el tonto ese, trabajaron bien?- volvió a contraatacar.

La pregunta fue sorpresiva que lo hizo detenerse, justo cuando su mano estaba posada en el picaporte.

-Nos fue bien supongo, trabajamos sin problemas si a eso te refieres-

El europeo mostró una cara de simplesa ante esa respuesta.

-Por Dios lindo sabes que no solo me refiero a eso!-

El pecoso se detuvo un momento analizando lo que iba a decir, de una manera u otra se había abierto con Angelo respecto a sus sentimientos, solo que era extraño contarlos a alguien que no fuera su consciencia.

-Fue agradable tenerlo cerca de mí si puedo decir, sé que puedo cuidarme solo pero era lindo saber que había alguien cuidándome, me reconforto que estuviera ahí-

Sin saberlo por primera vez había sonado enamorado, como si su boca estuviera soltando poesía que no tenía planeado escribir y mucho menos contar, ahí se dio cuenta que su corazón ya había pertenecido al pelicenizo, solo faltaba soltarlo por completo.

-Eso es bueno hermoso, me complace mucho escucharte así- respondió feliz Angelo.

Había contado parte de lo que sentía cuando estuvo con Bakugo pero se guardó aquel baile, quería ese recuerdo sólo para él y si podía ser codicioso lo sería.

-Gracias Angelo- respondió un poco avergonzado- si me disculpas deseo descansar un poco-

Abrió su puerta con la intención de entrar.

-Espera lindo quiero hablar de otra cosa!- habló exaltado.

Deku le plantó cara, una gentil y sensible que lo detuvo.

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