CORDURA

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Los rayos de sol mañanero comenzaban a colarse por su ventana dando pequeños y cálidos abrazos a su habitación y aposentos.

Instintivamente sus ojos empezaron a abrirse del sueño que antes dominaba su cuerpo y se levantó de su cama para observar su alrededor.

-Bueno, hoy es el día Deku, te juro que regresaras a casa- dijo Bakugo.

Se estiro un poco e inmediatamente se fue a dar una ducha, lavarse los dientes como de costumbre, se vistió con ropa casual y bajo a ver a todos.

Mientras recorria los pasillos para llegar a las escaleras y descender al comedor se topó con la mayor de la casa.

-Buenos días joven Katsuki- saludó Suni amablemente como siempre.

-Buenos días Sra. Young, que sorpresa verla aquí, ¿pensé que estaría abajo con los demás?- dijo un poco sorprendido.

-Lo sé joven, pero de hecho estoy aquí por que quería hablar con usted-

-Conmigo?-

-Si justamente, ¿por qué no vamos a dar un paseo?, el día está espléndido- sugirió esta.

En los últimos días había estado recibiendo sorpresas por parte de la actitud de los demás que estaba algo sorprendido, más no molesto.

-Si claro- aceptó.

Con mucha cautela estiro su brazo para que ella lo tomara y ambos comenzaron a caminar sin un destino concreto.

-Y bien, ¿qué es lo que quería hablar conmigo?-

-Bueno, no es como algo que me concierne, pero desde el momento en que usted piso está casa y pude verlo, supe inmediatamente que era la persona de la que el joven Izuku estaba enamorado, y no pude evitar sentirme agradecida por eso-

-Enserió?, pues me halaga mucho que lo diga, pero, ¿por qué esta agradecida?-

-Mi niño Izuku, siempre, desde que llego aquí, ha tenido que lidiar con cosas muy duras para alguien de su edad, tuvo que reprimirse tantas emociones y sentimientos por su trabajo y por el bien de nosotros que temía mucho el día en que ya no pudiera demostrarlos hasta que llegó usted- se sincero ella- todos aquí nos dimos cuenta que con forme ha avanzado su relación Izuku se volvió más expresivo y libre si puedo decirlo así, lo he visto en estos meses más alegre, más relajado y susceptible a tener un cambio en su vida que yo misma desee para él desde que lo conocí-

Pudo notar que por la fluidez y el tono en sus palabras decía las cosas con tal honestidad y dedicación, se sentía agradecido.

-Joven Katsuki, tengo miedo honestamente- expresó cohibida mientras se aferraba más a su brazo.

-Qué es lo que pasa Sra. Young?, ¿por qué tiene miedo?-

-Temo mucho que mi niño no regrese a esta casa y lo pierda para siempre, aunque no sea mi hijo siento como si lo fuera, y más temo que aún que regresara, vuelva a esa vida que no era para él desde un inicio, no se hasta cuando pueda seguir cargando ese peso en su espalda de las almas que lo persiguen y esa sangre en sus manos que no puede quitar-

Comenzó a sollozar en ese momento.

-Por favor joven, salvé a mi niño de ese horrible hombre, aún con todo lo que ha hecho Izuku por ese trabajo y esta familia no merece estar en ese lugar ni está vida que lleva, por favor, ayúdeme-

Al escuchar su pequeño llanto y su mayor petición, no pudo evitar sentirse responsable de aquello, aunque estuviera sujetada de su brazo, se sentía como si fuera su corazón y su alma, sus temores que en el fondo tenía eran compartidos con tal dicha, que se veía a sí mismo.

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