POSITIONS

ENIGMÁTICO

-"Bien, parece que me tengo que encargar de este desastre, por suerte creo que hay una bodega de limpieza muy cerca"- pensó.

Confirmó su suposición con los planos que llevaba y levantó del suelo a dos hombres para dejarlos en aquel cuarto, así hizo con los dos siguientes, al hombre que había sufrido de la cortada tomó un pedazo de tela de su ropa y envolvió la herida haciendo presión para que disminuyera el sangrado.

-Quizás muera o quizás no, pero ese no es mi problema- dijo mientras veía a los cuatro hombres.

Ya había hecho parte del trabajo, así que podía regresar a la fiesta.

-"Tengo que ver que han hecho Bakugo y los chicos"-

Y volvió a tomar el camino de regreso.

Era preocupante no saber del paradero de él o ahora la peliverde, se había ido, sin dar explicaciones exactas hacía lo que consideraba común para ella, desconocido para él.

Los nervios por no saber nada de ella, el estrés por no verlo y saber que estaba bien, la ansiedad y el delirio por pensar que algo malo hubiera pasado.

Todas esas emociones comenzaban a consumirlo, siempre estuvo acostumbrado a las explosiones pues de ahí sus poderes, pero no se imaginaba que esas cosas negativas fueran las que explotaran dentro de él, poco a poco se estaba volviendo loco.

-Estas bien Bakugo, pareces muy ansioso- comentó Toru.

Cuando se había ido Deku se acercó a los chicos para sentirse más cómodo con una presencia conocida.

-Por qué lo dices, estoy jodidamente bien- habló malhumorado.

-Además de que llevas agitando el pie desde hace rato, no has dejado de golpear con tu dedo el puro que llevas en tu mano, como su quisieras deshacerte de las cenizas, pero se apagó hace ya varios minutos- expresó Mineta.

Bakugo miró la cosa que llevaba en su mano y notó que era cierto, no se había dado cuenta que en un momento el fuego que quemaba el tabaco se había apagado.

-Creo que tienes razón enano-

-No es propio de ti estar en ese estado Bakugo, intenta controlarte- habló la invisible.

-Lo sé malditos extras, es solo que Deku no ha regresado aún, se fue hace tiempo y no aparece- dijo un poco preocupado.

Por primera vez para ellos que lo veían así, con miedo y preocupación que no lo creían en cierta forma pero a la vez era lo contrario, aún siendo héroe, Bakugo Katsuki no tenía algún motivo que despertara en él el miedo por el bienestar completo de alguien, no pensó que perdería algo tan valioso por que ya lo había perdido una vez  cuando se fue de sus vidas el peliverde, y ahora que ya lo tenía de nuevo en su vida, volvió a despertar en aquel chico esos sentimientos de afecto y cariño que creían ya haberse extinguido.

-Todo va a estar bien Bakugo, estoy segura que Midoriya no ha de tardar- dijo dulcemente Toru.

Solo asintió y siguió callado esperando que apareciera.

La espera ya no tardo cuando vio regresar de una puerta a la pecosa, tan deslumbrante como cuando se había ido y su corazón sonrió por verla.

Cuando ya se encontraba de nuevo en la fiesta rebusco por todos lados dos objetivos, el primero y el motivo por el que se habían presentado en ese lugar era el mafioso, para su buena o mala suerte no aparecía en su panorama visual.

-"A donde has ido maldito desgraciado?"- pensó.

Al no dar con él busco a la otra persona y lo encontró, Bakugo ya hacía al otro extremo entre un gran camino de personas viéndola.