POSITIONS

VICIO/VIOLETAS

-Y así fue como lo conocí por primera vez, termine salvandolo de ser una mercancía y de vivir una vida horrible a manos de esos malditos- terminó de explicar de forma vaga y cansada.

-No puedo creer que esos malditos bastardos raptaran a unos niños para sabe que horribles cosas, si los tuviera aquí mismo los mataría- expresó molesto Bakugo.

Aquel comentario por dentro le pareció divertido y volvió a encender otro cigarrillo.

-Aún así no logro entender como es que ahora eres el padre de Hitori- volvió a hablar el pelicenizo.

Deku suspiro en un intento de desahogo y miró el cielo.

-La primera vez que conocí a Hitori vi un reflejo de mí que había pasado antes de conocerlo y no pude evitar comprender cómo se sentía, ambos sufrimos un abandonó y estuvimos solos por un tiempo, nos quitaron todo lo que teníamos sin importar el daño que nos hicieron, cuando lo vi llorar me hizo recordar la forma en la que yo era de niño, sensible, ingenuo, débil y con la esperanza de que un héroe me salvara si algún día algo me pasaba, sin contar la promesa que le hice a su madre antes de morir, y entonces, cuando había logrado salvarles la vida a esos niños y lograr que regresaran con sus familias me decidí a hacerme cargo de él-

Toda esa historia y explicación estaba llena de cosas dolorosas y tristes que lo llevaron a cometer uno de los actos más bondadosos y llenos de amor que pueden existir en la vida, "hacerse cargo, amar y cuidar una vida".

-Es muy hermoso y generoso lo que hiciste Deku, pero cómo lograste convertirte en su padre?- cuestionó Katsuki.

-Cuando murió su madre y lo encontré a él decidí investigar a profundidad su vida para ver si podía ayudarlo, descubrí que su padre la había abandonado en una clínica para no tenerlo y desapareció, el tipo era un ladrón y terminó muerto al intentar robar armas a un grupo criminal donde se había unido, por lo que encontré ella no tenía familiares ni amigos quienes la ayudaran y como nunca deseé que terminara en un orfanato porqué al no tener a alguien quien se hiciera a cargo de él lo iban a mandar a uno, tomé la desición de darle mi apellido, era muy pequeño Hitori y me contó que su madre nunca le había dicho el suyo, solo le otorgo su nombre, así que le pedí ayuda a Manyuda para los trámites, pagué por la custodia y aunque fue duro porqué no tengo una pareja con quien criarlo, logré al final convertirme en su papá y desde entonces lo he estado criando- habló el peliverde en una mezcla de orgullo y cansancio.

Era conmovedor escucharlo así, fue un relato que deleitó desde lo más profundo, sintió como su corazón se suavizó y sus pensamientos sólo se enfocaron en él, el hecho de tomar la desición de criar a alguien era una situación bastante grande, cargada de responsabilidades que aún así decidió afrontar por el bienestar de aquel niño y por la promesa que había hecho a su madre, cada vez descubría nuevas cosas de él pero aquella fue la que más lo enamoraron, su noble, gentil, cariñoso y amoroso corazón seguían ahí, solo que envuelto en una coraza de despecho y remordimiento al igual que en un cuerpo más grande y fornido pero aún vivo y muy presente.

Poco a poco se dieron cuenta que en la dirección que iban terminarían llegando al invernadero y aún así siguieron caminando.

-Así que es por eso que decidiste hacerte cargo de ese niño- comentó el pelicenizo.

El peliverde asintió.

-Sí, quise darle una mejor vida a la que le esperaría si hubiera terminado en un orfanato, aunque no se si he sido bueno criandolo, sabes porqué Hitori se dirige a mí como Izu?- le preguntó sin una emoción en particular, pero se sentía tan cómodo aquella noche con su presencia para hacerle esa pregunta.