GLAMOUR

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Se sentía un poco ansioso esa mañana, después de su pequeño encuentro el día de su cumpleaños no lo había visto para nada y horas más tarde estaría trabajando con él en una misión que le dio encuentro a sus vidas, parecía aún no creer que ya habían pasado casi dos meses desde que sus miradas hicieron contacto y sus pies pisaron por primera vez ese lugar.

Bakugo estaba en el comedor desayunando junto con los demás excepto el peliverde, por un lado tenía a Kirishima y Kaminari conversando como la típica pareja de siempre que platica cada mañana, por otro a sus estupidos compañeros discutiendo sobre sus papeles y organizando como debían hacer las cosas para que todo resultara a la perfección y nadie saliera lastimado.

Incluso desde su lugar observaba a Angelo conversando tranquilamente junto con Hatsume y Momo mientras tomaba un café, lo detestaba y esperaba ansioso el momento en que se fuera, quien sabe que cambios eran los que le haría para no ser reconocido a él y a Deku.

El peliverde llegó un instante después y entró tranquilo al comedor.

-Buenos días- saludo cortés a todo el mundo.

-Buenos días- respondieron el resto al unísono.

Verlo ahí después de casi 3 días era placentero para su corazón y regocijante para su alma, verlo deslizarse desde la entrada hasta llegar a Suni y darle un beso en la cabeza como cada mañana, saludar a su hijo con un gesto cariñoso para sacarle una sonrisa y servirse una taza de café de la cafetera era apacible y encantador para sus ojos.

Mientras palpitaba de un lado a otro del comedor las miradas de ambos chocaron y sus mejillas al igual que su mundo volvieron a teñirse de color.

Con solo una mirada Deku lo había desequilibrado al igual que alegrado su mañana, ojalá así fueran todas por el resto de su vida.

-Y bien, ya saben todos lo que tienen que hacer en la misión de esta noche- expresó en voz alta el pecoso hacia todos los que estaban en la mesa.

-Si Midoriya, estamos todos listos- afirmó Iida.

-Todos sabemos lo que tenemos que hacer y como ayudar en caso de que alguien se encuentre en peligro- contrarrestó Momo.

-Me parece bien, entonces pueden hacer lo que quieran durante el día hasta las 6 de la tarde cuando nos reunamos todos de nuevo en el vestíbulo-

Como era de esperar iba a marcharse, Bakugo iba a decirle algo para detenerlo pero Angelo fue más veloz que él.

-Lindo!- pidió amablemente.

-Si dime-

-Quisiera hablar contigo sobre los cambios que haré contigo esta noche-

-Pues dilas- respondió en tono sereno mientras daba un sorbo a su taza.

El chico de cabello avellana miró a todos de reojo como si quisiera ocultar algo, lo cuál extraño a todo el mundo y puso ansioso al pelicenizo.

-Es que es un poco extremista y quería discutirlo contigo en un lugar más privado-

Aquello causó cierta curiosidad en el peliverde y arqueo una ceja, algo que había adquirido desde que dejó la academia era que le atraían las cosas misteriosas y curiosas.

-Ah sí- comentó de forma latente viendo directamente a Angelo.

En ningún momento apartó la vista del pecoso y aquella mirada curiosa al igual que la sonrisa de intriga causó una alerta nerviosa en Bakugo que no iba a desaparecer con facilidad.

-Sí- afirmó este.

-Entonces vamos- concluyó Deku mientras lo invitaba con un gesto a seguirlo.

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