ᴅɪᴄɪᴇᴍʙʀᴇ 16 ᴅᴇ 1991.
-Recuerda la misión James- Hablé comenzando a conducir la motocicleta.
-Hoy sellamos la noche con nuestro aniversario cariño- Recibía la respuesta escuchando un segundo motor aún lado mío.
Reía negando sutilmente aumentando la velocidad como única respuesta.
Era una noche totalmente diferente; la niebla hacía la carretera más aterradora, las dulces y tenues luces alumbraron poco de ella, solitaria, no había alguna alma abundante por el lugar.
Solo éramos dos enamorados en búsqueda de sobrevivir una noche más escurriendo nuestros cuerpos entre la sangre y lealtad.
Dos personas controladas por el ejército de Hydra, nos habían alejado del mundo conectándonos a un nuevo universo sin salida, se sentía bien.
La habitual corriente de electricidad correr por nuestras venas, la adrenalina que dependía de nuestra valentía soberbia.
Mire a Bucky señalando con la mirada el objetivo.
A lo lejos se veía un coche; pobre, una pareja totalmente feliz.
Podía oler a las almas a punto de ser asesinadas, atrayendo la piedad entre llantos.
Bucky se adelanto quedando aun lado del coche provocando que el conductor perdiera el equilibrio y saliera volcándose poco a poco, lentamente perdía la velocidad quedando estático estrellándose finalmente contra un árbol.
Sonreí de lado ubicando al objetivo sin apertura a continuar con su vida, derrape a unos metros sujetando un poco de la gravedad parando en seco.
Baje de la motocicleta quitándome el casco, camine en su dirección preparando mi arma.
-Encargate de el- Ordené abriendo la cajuela sacando un maletín plateado, abría de el contando los sueros color azul.
-Por favor, ayúdanos- El hombre suplicó entre quejidos.
Bucky suspiró lamentando que había tomado su imagen como un médico.
-¡Howard!- Una mujer grito al ver a su hombre situado en una arma corta apuntando a su frente.
-Te daré el dinero que necesites, llévate lo que quieras....Por favor- Volvía a hablar entrecortado.
Caminé hacía del otro lado del coche, tome el cuello de la mujer callando sus gritos.
-Grita, nadie te escuchara- Pensé aumentando el pulso terminando con el oxígeno de la mujer.
Un disparó se escuchó del otro lado del coche.
-Regresemos a la base- Ordenó Bucky.
-¿Tienes el maletín?- Preguntó guardando su arma regresando a la motocicleta.
-Cinco sueros, perfectas condiciones- Respondía.
Subimos a las motocicletas saliendo del lugar rumbo a la base entregando el maletín concluyendo una misión más sin temor a una nueva.
Nuestra noche se había hecho cada vez más grande con nuevas misiones, en cada una era totalmente diferente pero se podía sentir como éramos bañados en lujuria sangrentar llena de gritos y piedad otorgando emoción recorrer nuestro cuerpo lleno de químicos apunto de estallar.
