Hoy se cumplirían tres meses de estar encerrados en una cabaña, entrenando al aire libre, olvidando que no todo siempre sería tecnología, llego el momento donde nos volvíamos a reencontrar con nosotros mismos.
En estos días podía sentirme mejor que antes, estaba realmente feliz.
Esa emoción que jamás habia sentido.
Por fin sentía la pequeña libertad sin tener el miedo en mi, de comenzar a tener un verdadero lazo con mis compañeros.
Mi relación con Tony se transformo en ser una sola persona, las pesadillas habían terminado, los miedos se esfurmaron, nuestros corazones ganaron el lugar en nuestro cuerpo.
-Quisiera quedarme todo el día aquí, pero tengo que ayudarle a Steve- Dejo de abrazarme para levantarse de la cama.
-Sabes que Steve puede solo ¿No?- Pregunté colocandome de pie.
-No, no lo creo- Bromeo colocandose las zapatillas deportivas.
-Te quiero- Sonrió acercándose a mi de nuevo plantando un beso en la comisura de mis labios.
-Te quiero- Respondía mirand al hombre irse.
Ordenaba la habitación armonizando mejor el lugar.
Guarde haciendo en mi lugar observando la ventana, parecía ser un buen día.
Salía de la habitación topando con el cuerpo de Romanoff.
-Romanoff- Sonreía.
-Jones- Insinuó un abrazo el cual acepté inmediatamente.
-¿Lista para tu entrenamiento?- Preguntó bajando las escaleras atrás de mi.
-Por supuesto- Respondía. -Que no- Agregué.
-¿Por que no?- Abrió la puerta principal.
Salía del hogar aún lado de ella; miré al frente observando a Tony y Steve cortar madera.
Y si, efectivamente se notaba la velocidad de Steve llevando la ventaja.
-Creo que...- Sonreía tiernamente al obtener un saludo de los dos al vernos.
-Estoy siendo feliz- Añadía mirando a Nat.
-Lo puedo ver en tus ojos- Murmuró haciendo una curva feliz en sus labios.
-Creo que por fin puedo ser yo- Miraba mi brazo sin el temor de recordarla.
-No quiero decir que me he salvado por completo, pero...tengo la sensación de encajar con los demás, ser una personal normal y ordinaria- Sonreía orgullosamente.
-Estoy orgullosa de ti agente Jones- Levanto sus manos hacía mi para abrazarme.
-De verdad estoy feliz por ti- Insistió acariciando mi espalda suavemente.
-Pero aún así, tienes que seguir entrenando, mejorar tu mente y controlar tus movimientos- Recalcó más seriamente.
-Steve es un hermano para mi, lo que te convierte a ti una hermana- Culmino la seriedad en el cariño de hermandad.
-Vamos- Acepté.
Comenzamos a caminar alejándonos del lugar.
Paramos a la par girando atrás de nosotras.
-¿Escuchaste lo mismo que yo?- Pregunté.
Volvimos al lugar inmediatamente, encontrando una discusión entre Steve y Tony.
-¡Banner y yo hacíamos una investigación!-
-¡Nat! ¡Puedes ayudarme!- Clint asomó la cabeza por una ventana del lugar.
-Descuida, veré que puedo hacer- La alente a entrar a la casa.
No me acerqué a ellos, no era algo necesario.
Guardé asiento en uno de los escalones para entrar al hogar.
-¡Banner y yo hacíamos una investigación!- El hombre se escudo con el científico.
-Si, una que afectaría al equipo- Reprochó molesto.
-¡Una que le daría fin!- Alzó más alto la voz.
Estiré mi rostro abriendo un poco la boca, Tony parecía estar desesperado, su respuesta dejo atónito a Steve.
-¿No es eso la misión de siempre?- Cuestionó Tony acercandose al hombre quien seguía cortando madera.
-No es el porqué pelear para ya no tener que pelear y regresar a nuestro hogar- Señaló el hogar que habitabamos largos meses.
