Capítulo 42

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-Llegas tarde.
-Tenía algo importante que hacer.
-¿Visitar a Bucky Barnes?- Cuestionó impidiendo que entrará al complejo.

Levánte la vista hacía el.

-Necesitaba asegurarme que estuviera en ese lugar.
-¿No puedes asegurarte con mi palabra?

Suspire mirando adentró del complejo.

-Tengo una persona en mi cabeza que cada noche me atrae pesadillas, hace que tenga un enorme miedo de llegar a lastimar a todos- Susurraba tensando la mandibula.
-Hay un brazo metalico en mi cuerpo, que solo me muestra que realmente fui un experimento para asesinar personas.
-Asi que no, no puedo solo confiar en tu palabra.

Entré al complejo, dirigiéndome a la sala de entrenamiento, todo padecia estar abandonado, parecía que aún no conocían todo el lugar completo.
Estaba molesta, sintiendo mis pasos retumbar en mi cabeza, volviendo a recordar todo los años que llevo respirando oxigeno en esta tierra de diferentes epocas.

Abría la puerta entrando a la enorme habitación teniendo todo en grandes areas para tipo de entrenamiento.

Al fondo de la habitación, habían unos sacos de boxeo.

Llegue a ellos, me quité la chaqueta dejandola cerca del ventanal.

En el pequeño trayecto de tomar el saco de boxeo y colgarlo, miraba el enorme ventanal frente a mi.

Lo colgué, dejé mis manos en el costal impidiendo que se moviera, apoye mi cabeza en el cerrando los ojos en un abismo del silencio.

-Puedes hacerlo- Pensé solamente en mi, en nadie más.

Di unas palmadas en el saco antes de alejarme, camine a una pequeña mesa pegada a la pared, tenía varios cajones.
Busqué entre ellos algunas vendas, estaban en el último cajon; las tome rodeando su tela en mi única mano natural.

Estaba realmente centrada en los movimientos que hacía con mi mano que estaba olvidando todo mi alrededor, respiraba tan profundo que mis ojos se condensan más en lágrimas, no deje salir ninguna.

Volvia al saco, mirandolo fijamente, llenando mi mente de la ambición negativa del Soldado del Invierno.
Forcé la mordedura dental, respirando profundamente, mirando detenidamente el saco.

Atraía absolutamente todo a mi cabeza, desgarrando todo hasta mi brazo, mi cuerpo se había tensado, mi mente se había cerrado, lo único que veía era el saco.

No había más que perder.
No había más que decir.
No había más que pensar.

Solte el primer golpe, levante las manos a la altura de mi cintura, abandonando todo el miedo que sentía, golpeando una y otra vez sin siquiera moverme, era un ritmo continuo, rapido, doloroso.

El sudor comenzó a salir de mi cuero cabelludo resbalandose en mi rostro.

Tenía todo en mi cabeza que solo deseaba estar bien, pero solo tenia a Hydra.

"Eres un experimento"
"El nuevo puño de Hydra"
"Soldado del Invierno"

Cada frase era un golpe, recordando aún con alguna vista borrosa en los rostros.

"Cumpliras con las ordenes, tu única y primordial mision es asesinar a los enemigos de Hydra"

"¡Por favor no me hagas daño!" "¡Eres un mounstro!" "¡Mamá! ¡No quiero morir!"

Mis manos cargaban con tantas almas rotas, con los corazones hechos anicos, con personas inocentes, terminando con miles de vidas como perder cualquier bala.

sᴏʟᴅᴀᴅᴏ ᴅᴇʟ ɪɴᴠɪᴇʀɴᴏ | ᴛᴏɴʏ sᴛᴀʀᴋ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora