Las sabanas se movian continuamente, el sudor aumentaba, el corazón corría riesgo de detenerse por falta de oxigeno, las imagenes se infiltraron al cerebro como un exorcismo.
Comencé a mirar la luz de la luna, sintiendo mi cuerpo moverse al ritmo que se movía la cama.
No era yo quién tenia pesadillas, era Tony.
Era media noche, parecía haber una tormenta sobre nosotros.
Di la vuelta al otro extremo encontrando a Tony en un ataque de ansiedad en plena pesadilla sin poder despertar, murmuraba palabras que no sabía descifrar.
Prendi la luz de la mesilla, me acerqué sosteniendo sus manos cuidadosamente llamándolo por su nombre esperando a que reaccionara.
-Tony- Hablaba continuamente tocando su rostro empapado de sudor.
Después de varíos minutos en el intento, logré hacerlo despertar, dio el levanton gritando alarmadamente, miraba la pared frente a nosotros como si aún estuviera la pesadilla viviente, respiraba agitado, sin moverse.
Me aparté de el por unos segundos, observando su postura, recta, dura, sufrible por dentro, suavise el toque en su brazo dejando mi presencia en la paz que el necesitaba.
Para cuando sintió un nuevo tacto, el me miró inmediatamente, al observarme logre ver su rostro desvanecido en la salvación, se había relajado por completo soltando un suspiro de alivió.Agachó la cabeza mirando las sabanas que nos cubrian, trataba de controlar su respiración dejando una de sus manos en la mía agradeciendo que estuviera aún lado de el.
Los segundos pasaron y el controló la respiración dejando su otra mano en su corazón, volvió a mirarme mostrando una media sonrisa.
-¿Estas bien?- Pregunté levantando su mentón dejando ver una vista comúnmente destrozada.Parpadeó asintiendo levemente observando la habitación asegurandose que todo era real, que solo era una pesadilla.
Me acerqué más a el, rodeando mi brazo por su espalda completamente helada, tomaba de su hombro indicando que se acercará a mi, en silencio lo hizo recargandose en mi.
-¿Por que las pesadillas son más reales que la vida real?- Pensé entendiendo lo que sucedía y el como se sentía.
-Si no me hubieras despertado, habría muerto...De nuevo, es un bucle infinito, y si no muero yo, mueren todos...es Terrorífico- Soltó dejando su vista en un punto exacto de la habitación.
-Te dije que iría por ti si no encuentras la manera de regresar- Respondía sobando su brazo delicadamente expresando consolación en la dulce caricia.
-Ahora se que jamás me perderé- Pensó el.Parecía un niño pequeño, huyendo de los monstruos que lo atacaban cada noche, refugiándose en los mejores brazos que daban calidez en su amor expresado; Se alejó conectando de nuevo con mi mirada, agradeció nuevamente, aún estaba asustado.
Volví a tener tacto fisico con el, esta vez con su mejilla, el recargo su cabeza en mi mano subiendo su mano con la mia plantando un beso acariciando suavemente mi mano entrelazada con la suya.
-¿Quieres hablar?- Pregunté pidiendo su permiso en hablar del tema.
-Las mismas cosas en mi cabeza, atacandome una y otra vez, cada vez más fuerte- Respondía molesto consigo mismo recordando su pesadilla.
-Solo necesito....- Suspiró agotadamente invadiendo su necesidad.-No puedes cargar el mundo tu solo, ese no es tu legado, no te atormentes con algo que no puedes controlar- Buscaba su mirada perdida.
-La última vez que deseé hacerlo, termine con una ciudad y miles de inocentes murieron- Soltó irónicamente.Lo miraba fijamente, entendía su frustración, no era un mala persona, más no sabía expresar su enorme corazón.
-Ven- Susurre atrayendo su cuerpo hacía mi esta vez para acostarnos entré las sabanas.