sᴏʟᴅᴀᴅᴏ ᴅᴇʟ ɪɴᴠɪᴇʀɴᴏ | ᴛᴏɴʏ sᴛᴀʀᴋ |

Capítulo 32

-¡Mamá! ¡Madre!- Gritó la pequeña corriendo a los escombros de un edificio derrumbado.
-Me encargaré a partir de aquí, te alcanzaré- Miré a Wanda.
-¡Hazlo! ¡Corre!- Insistía cuando se negó a irse.

Wanda se había marchado, escuchando ayuda de los demás.

Analizaba la situación, la madre estaba entre mil piezas del edificio, afortunadamente aún seguía con vida, podía vernos pero no podía hablar.

-Ustedes, tomen su mano, yo levantaré el escombro ¿Entendido?- Pregunté mirando a los pequeños.

Deje el cuerpo del que había muerto aún lado de todo, coloqué mis piernas en forma de cuclillas, pase mis manos de bajo de la pared.

Comencé a levantar poco a poco, forzando mi dentadura sintiendo mis venas del cuello resaltar.
Jadeaba cada vez más que aumentaba la fuerza, mis brazos se habían tensado, mis piernas se estaban debilltando cada vez más.

-¡Rapido!- Gritaba levantando mi cabeza oprimiendo mis ojos con fuerza.

Los niños se apresuraron a juntar su poca fuerza en sacar a su madre del lugar.

-¡Ah!- Grité sintiendo el dolor eminente.

Un último jale.
Un último esfuerzo.

La madre logró salir aplastando a los pequeños accidentalmente.
-Gracias- Murmuró quitandose de encima de ellos.

Deje caer la pared, mirando una grieta a la mitad.
Los niños fluían en lágrimas abrazando a su madre en el suelo.

Mis manos temblaban.
Tome el cuerpo del niño arrodillandome frente a la familia que sobrara.
-Lo lamento- Susurre dejando al pequeño en sus brazos.
-Gracias por habernos salvado- La señora con lágrimas silenciosas sujeto suavemente mi mejilla.
-Tienen que salir de aquí, no puedo continuar con ustedes- Sonreía antes de volver a la fria realidad.

-¿Que haremos sin ti?- Preguntó el pequeño abrazando mis piernas.
-Usar el corazón ¿Lo recuerdan?- Murmure tocando su cabeza sobando de el.

Finalmente logre despedirme, aún con el temor que no sobrevivirían como muchos de aquí no lo hicieron.
Los mire marcharse a una calle completamente sola.

Por mi parte me apresuré a donde estaba repleto de robots asesinos y desquiciados.

Comencé a correr guiando a las personas a otro camino acercándome a los atacantes que provocaron el terror en su voz y ojos.

Había llegado a ellos, pero había algo que nos hizo quedar helados, mis piernas comenzaron a temblar, mi cuerpo tambaleaba lentamente.

Baje la mirada mirando las pequeñas rocas moverse al mismo tiempo que sentía mi temblor.
-¿Chicos?- Pregunté haciendo una voz agudamente preocupada.

Una grieta se abrió rápidamente, era demasiado tarde para reaccionar, me había caido quedando al filo de la calle.

Todo estaba cayendo; edificios, casas, coches, personas y los estupidos robots.

Sentí una fuerza oprimir en mi pie, baje la mirada mirando al robot.
Golpeaba su cabeza hacía abajo logrando que cayera con todo lo demás.

Trataba de levantarme pero cada vez que lo hacía me era imposible.
Clint llego a salvarme, tomando mis manos jalandome hacía el.
-Vamos- Repetía varías veces oprimiendo su fuerza en su voz.

Acudía a su brazo sujetandome firmemente de el, cuando sentí el suelo hasta mi cintura me solté dando un pequeño golpe, termine levantandome sola, mirando alrededor.
-¿Estas bien?- Preguntó.
-No, no lo estoy para nada- Respondía irónicamente en un bufón.
-Nada como pelear con alienígenas- Respondía de la misma manera.
-Alienígenas, robots asesinos ¿Mañana que será?- Lo miré sin entender nada.
-El dia de mañana espero y estar con mi familia, no esperando una nueva guerra- Respondía mirando el cielo lleno de robots.