La soledad abrumo a cada soldado de este plantel, no hubo ningun sol que pudiera animar y curar nuestros corazones rotos, no miramos una sonrisa más entre nosotros, parecía que volviamos a desaparecer aún estando vivos.
Pero había una vela, un recuerdo, un objeto, una fotografía, en cada rincon del plantel, manteniendo las flores favoritas de nuestra hermana.
Natasha Romanoff.
Salía de mi oficina dirigiéndome a la cocina, el camino se hacía largo, parecía que nunca llegaría.
Pasaba por cada habitación, sin ningun alma corriendo en ella, todo se encontraba empolvado, algunas cosas fueron guardadas, otras fueron tiradas y otras estaban en la misma posición que esa persona lo dejó.
Me sentía sola, mi familia no estaba completa aun.
Sus olores naturales desaparecieron, las presencias se esfumaron, sus rostros solo llegaron a ser un solido recuerdo.
Había un pasillo, lleno de fotografías, como un recordatorio de que lo que eramos...
Del como Tony dibujó tantas caras graciosas.
Del como Peter colgó trofeos de ciencias y matemáticas.
Del como Steve nos miraba a cada uno con orgullo, sintiendose querido en casa.
Del como Visión dejaba rastros al traspasar esas paredes.
Del como Nat colgaba una fotografía más en cada momento emblemático para nosotros.
Del como Clint hacia referencias sobre una familia disfuncional pero muy querida.
Todos eramos una familia.
En cada lugar.
En cada misión.
En cada época.
En cualquier rincón.
Dejaremos siempre un rastro de lo que fuimos, de lo que somos y lo que seremos.
Miraba cada detalle reconociendo su significado, el sentimiento de tenerlo y el cariño de aun conservarlo.
Sin duda esto es lo que siempre deseé y lo que siempre llevaré en mi corazón.
El pasillo se terminó y las habitaciones quedaron atrás, la cocina estaba frente a mi y una persona más me daba la espalda.
Reconocía su postura, sus lamentos en susurros fueron la afirmación de quien era realmente.
Suspire levemente acercándome a el.
-¿Alguna vez dormiste?
-¿Tu lo hiciste alguna vez?- Me miró.
-Las primeras noches cuando realmente dormía fueron en la torre de los Vengadores- Respondía tranquila sirviendo cafe en dos tazas totalmente blancas.
-Que lindo de tu parte- Bromeó con ironía jugando con su botella de cerveza.
-Nunca es tarde para volver a sacar tu lado bueno- Mostre una media sonrisa quitando la cerveza dejando el cafe en sus manos heladas.
El miró su reflejo en el cafe, comenzo a reir por lo bajo de lo mal que lo estabamos pasando.
-¿Sabes? Hace algunos años rompias una taza al recordar quien eras y ahora sirves una al recordarlo- Ablandó sus expresiones agradeciendo.
-Salia corriendo de la cabaña, comenzó a llover- Lo recordaba perfectamente.
-Volviste y decidiste continuar, tratando de volver a ser tu misma- Añadió el tomando la taza de cafe.
-Ahora mismo estoy donde siempre soñe estar- Di el pequeño sorbo, sintiendo el ardor caliente recorrer por mi garganta.
-Tuviste un gran apoyo, me alegro de ello- Asintió sonriendo cerradamente.
-Debo de admitir que sin ellos, no estuviera aquí- Reía.
-No fuimos tan malos del todo.
-Nunca seremos los malos- Lo miré y el rio por lo bajo en el sentido de la burla.
