sᴏʟᴅᴀᴅᴏ ᴅᴇʟ ɪɴᴠɪᴇʀɴᴏ | ᴛᴏɴʏ sᴛᴀʀᴋ |

Capítulo 78

Vormir.

El sol se ocultó.

La oscuridad invadía el lugar dejando que la niebla cubriera el camino de arena, donde sus cuerpos eran reflejados por una luz morada.

Su destino estaba en juego.

Estaban rumbo a la gran montaña rocosa, donde provenía la maldición del hombre rojo, condenado por la eternidad.

Al llegar a la cima comenzaron a sentir la neblina pesada, el ambiente tensó parecía una película de terror, su cabello era cubierto por copos de nieve.

-Supongo que el mapache no tuvo que escalar una montaña- Clint bromeó al recuperar las energías agotadas en el camino.
-Tecnicamente no es un mapache- La mujer reia observando las grandes alturas.
-Da igual, come basura- Reprochó.

-Bienvenidos- Una voz interfirió en su conversación.

Ellos cambiaron sus expresiones, funcionando ahora como unos simples robots, en automatico sacaron su poder, la espada de Ronin, el arma de Viuda Negra.

Se colocaron en posición de ataque esperando al intruso escabullirse por su perímetro.

Pero aquella sombra apareció entre la niebla, formándose así como un fantasma, salió de las ruinas dirigiéndose a sus visitantes.

-Natasha, hija de Iván.
-Clint, hijo de Edith.

Proclamó parte de su biografía, estallando la curiosidad en ellos, caminaron hacia el fantasma oscuro, su voz rechinaba con dureza y ninguno de ellos se imaginó quien era realmente.

-¿Quien eres?- Cuestionó Romanoff.

-Considerenme un guía para ustedes y para todo aquel que busque la Gema del Alma- Respondió con gravedad en sus palabras.
-Bien, dinos donde está y nos iremos- Pidieron bajando sus armas sin guardarlas aún.

El se acercó a ellos y su rostro salió a la deriva.

Red Skull.

El Cráneo Rojo, roto el nuevo juego al tener una de las Gemas del Infinito, consiguió la Gema del Espacio dejando un castigo infernal por su obsesión a la guerra dejandolo así en un planeta sin reconocer, siento esta vez el quien advierte las consecuencias de conseguir otra gran Gema del Infinito.

-No es un trabajo conseguirlo- Murmuró.

Pasó por un lado de ellos cubierto de su gran capa negra, cubierta hasta la cabeza dejando en lo suelto de ella su desgastes por cualquier lado; los encaminó al final de la montaña rocosa, ellos aún no lo entendían, solo parecían estar conmividos de la vista que había en ese entonces.

-Lo que buscan yace frente ustedes- Confesó señalando a la nada.

Natasha miró hacía abajo, perdiendo un poco el equilibrio en su mirada.

-La gema esta ahi abajo- Natasha se inculcó a una estrategia para bajar y subir fácilmente.

-Para obtener la gema, debes perder lo que amas, es un intercambio eterno- Reconoció el gran sacrificio lleno de amor.

-Un alma por un alma- Añadió fríamente

Las mismas palabras, la misma vista, quien los llevo a un abismo de pensamientos, se alejaron del lugar totalmente diferentes, borrando toda aquella sonrisa y entusiasmo que venía en el camino, estaban vacios.

Los dejo a la deriva de un solo sacrificio, no por una gema, si no, por toda la humanidad.

Conocieron su destino, pero aun no conocían quien regresaría a casa dispuesto a buscar a su familia y abrazar a su familia y nunca soltarla.