-Bienvenidos a Sokovia, la tierra de los robots asesinos- Abria la calurosa bienvenida comenzando a caminar en las calles con menos gente.
-Muy bien, estoy en la iglesia- Informó el honbre de lata.
-Espero y puedas hacer las pases con tu hijo malvado- Bromeaba sacando mi arma mirando a unos robots caminar hacía mi.
-Bueno, no se si el quiera aceptar a una madrasta que asesina a robots- Respondía con ironía.
-Si, no creo que acepte ese termino- Respondía suspirando aumentando el paso.
-Pero podríamos hacer esta vez un hijo humano, no serás la madrastra, seré un buen padre...mejor que el mio- Bajo la voz al final de su palabra.
-¿Estas bromeando?- Pregunté nerviosamente.
-¿Que? ¿La parte de mi padre o la parte de un nuevo hijo?- Preguntó igual de nervioso.
-¿Enserio estan hablando de esto?- Preguntó Clint.
-Si, es una conversación en pareja, puedes apagar tu auricular, gracias- Habló Tony.
-Stark, concéntrate en la misión- Ordenaba el Capitán America.
No escuché más palabras.
-¿Hey? ¿Que tal?- Pregunté amablemente soltando una sonrisa.
Los robots se miraron entre si antes de mirarme a mi, soltaron una especie de sus ojos.
Me agaché rápidamente rodando del otro lado de la calle.
-¡En que momento sacan laser de sus ojos!- Gritaba buscando una nueva estrategia.
Suspire tomando mejor mi arma arrodillandome en el suelo, sintiendo sus pasos acercarse.
Volvía a rodar en el suelo levantando medio cuerpo disparando a uno de ellos.
Uno de ellos volvía a usar su laser con mi arma.
-¿No puedes apuntar mejor?- Pregunté molesta mirando mi arma hecha polvo.
El hombre disparó en mi cabeza, me agaché de nuevo rosando a unos centímetros.
-A esto me refería- Murmure.
Saqué mis navajas, empecé a correr brincando a mi derecha impulsando mis pies en una pared dando varíos pasos hasta lanzarme en el restrante, lo tome del cuello con mis piernas bajando el peso contra el suelo dando media vuelta; el robot cayo inmediatamente quedando sin una vida tecnología, me coloqué se pie suspirando pesadamente, abriendo mis brazos hacia mis laterales chocando con dos más que habían llegado.
Quite las navajas de sus cuerpos quienes cayeron al instante de no tener ningun soporte.
Tense la mandibula al escuchar ruidos provenientes a unos metros mios, aumente el ritmo de mi corazón papiltar al correr inmediatamente.
Llegue finalmente encontrando una escena terrorífica, niños en llanto frente a unos robots condenando a una muerte trágica.
Bajé la cabeza sin quitar la mirada de ellos, no queria ser un héroe, nunca tendré el titulo de una superheroína, pero tendría que ser una mejor persona si realmente quería cambiar.
Corría a ellos cogiendo los tres cuerpos con la mayor fuerza escuchando el disparo de sus manos robaticas, los abracé con fuerza sintiendo el disparo expandirse en mi espalda.
Caímos al suelo, sus gritos no paraban de sonar, el llanto culminaba el mio.
No había una escapatoria, no podía pelear, solo moriría dando algún tipo de protección.
Me levanté del suelo con dificultad, señalando la entrada de un edificio, los robots aún disparaban en mi dirección.
-Detrás de ese mueble- Hablé señalando una mesa de madera ya tirada.
-Guarden silencio- Pedía mirando por todos lados buscando sus señales robóticas.
Los pequeños lloraban en silencio guardando sus gritos en respiraciones agitadas.
-Cierren los ojos, todo estará bien ¿Si?- Los miraba atentamente.
-No volteen- Hablé jalando el brazo de uno.
-¿Puedes llevarme con mi mamá?- Preguntó uno de ellos.
