Capitulo 9

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El viaje a casa fue en total silencio. No iba a discutir por lo que había pasado, él me estaba protegiendo y no podía reclamar nada.
Al llegar se encargó de verificar con sus ojos que todo estuviera bajo control y luego me dejó bajar del coche. Le ayude a entrar las bolsas con la compra y cada cual fue en dirección distinta para acomodar todo en su lugar.
Al terminar de guardar la ropa donde iba me senté en la cama, aún no había dormido en ella y la verdad es que parecía tan cómoda que quería probarla cuánto antes.
Camine hacia el living, si no hablaba con alguien me aburriría en cuestión de segundos, Jairo no estaba allí así que me dirigí a la cocina. Pude ver cómo estaba acomodando toda la comida en su lugar y me senté en silencio en una de las sillas que había allí.

-Lo siento si te ofendí al tratarte como una novia. No se me ha ocurrido nada mejor.- dijo mientras guardaba algunas verduras en la heladera.

-No pasa nada, has hecho tu trabajo.

Mi móvil comenzó a sonar y él se volteó rápidamente para mirarme. Lo saqué de uno de mis bolsillos y lo dejé sobre la encimera de la cocina. Le mire con terror.

-¿Que sucede?- pregunto acercándose.

-Es mi abuela.- dije insegura.

-Atiende.- indicó.

-Es una video llamada. Creo que ha aprendido a hacerlas, joder.- observe como el aparato se encendía y se apagaba en repetidas veces. Jairo suspiró. De seguro estaba pensando en algo.

-Atiende e invéntate algo.- me puse nerviosa. Era obvio que no podía inventar algo tan fácilmente y mucho menos con las preguntas de mi abuela.

-Estaré enfrente a ti, cualquier cosa te ayudaré, en silencio claro.- dijo sentándose como había dicho, frente a mi.

Levante el móvil con una mano y atendí la llamada, trate de enfocar solamente mi rostro. Si ella veía algo más enseguida preguntaría.
Mi abuela trataba de no mover mucho su móvil para que la pantalla no temblara. Le pude ver, contenta y eso me tranquilizó internamente.

-Hola Bubú.- dije con una sonrisa en el rostro.

-Hola cariño, no sabes quien está a mi lado.- negué y observe cómo ella trataba de enfocar a alguien. Cuando la vi me puse lo suficientemente nerviosa como para quedarme petrificada.

-Gloria.- dije aterrada, ahora si estaba en la mierda. Esto no iba a ser una simple llamada.

-¿Solamente dirás eso? ¿No preguntarás cómo estoy?- comenzó a hablar como siempre lo hacía, demandante. Supongo que algo sospechaba.

-Lo siento, estoy algo...-mire a Jairo y me hizo señas de que siga hablando- distraída.

-¿Distraída? ¿En donde estas? No me has enviado ni un texto, no es normal en ti.- comenzó la indagación.

-Es que he estado algo ocupada.

-¿Mucho trabajo cariño?- pregunto mi abuela. Asentí con la cabeza, primer mentira. Gloria frunció el ceño, algo sabía.

-He ido a cargar combustible a tu empresa, no estabas allí.- dijo Gloria.

-Y tampoco aquí.- agregó mi abuela.

Me habían puesto entre la espada y la pared. Mire a Jairo nuevamente, él estaba nervioso, podía notar como no se le ocurría nada, al igual que yo.

La chica del expediente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora