-Veo veo.- dijo Jairo divertido.
-La verdad es que espero que quedes ciego, me tiene cansado este juego de los cojones.- Luca se había despertado de mal humor. Golpee su brazo.
-Déjanos jugar, no seas borde.
-Veo veo.- repitió Jairo aguantando la risa.
-¿Que coño ves?- pregunto Gonzales de mala manera y solté una sonrisa.
-Nuestra casa, hemos llegado.- estacionó frente a una hermosa casa. Definitivamente quería quedarme aquí lo que restara del caso. Luca y yo corrimos como niños pequeños hacia adentro, queríamos ver que era lo que tenía esta cuasi mansión adentro.
-¿Es broma? Tiene piscina.- dije al ver a través de un gran ventanal, una piscina.
-Al fin algo bueno.- dijo saliendo al patio trasero el agente que entró conmigo. Se quitó la remera, los jean y los zapatos. Sin pensarlo dos veces se lanzó a la piscina llegando al fondo y volviendo a la superficie.- Amo cada día mas mi trabajo.- sonrió mientras se acomodaba el cabello castaño. Por un momento no me pareció tan mal el agente Gonzales, estaba rodeada de policías guapos.
-Cierra la boca o te entrará una mosca.- dijo Jairo a mi lado. Me estaba mirando mal, no necesitaba verle para saberlo.- Tenemos que ir a guardar nuestra ropa, anda.- ordenó.
-Estas bueno.- dije antes de seguir a Torres.
-Gracias guapa, tu no te quedas atrás.- bromeó Gonzales.
-Mueve el culo Stella.- advirtió serio Jairo desde adentro. Sonreí, estaba celoso.
-¿Cual es mi habitación?- cuestione mientras caminábamos por la enorme casa. Estaba ansiosa por conocer en donde dormiría.
-No lo sé, hay que descubrirlo.- él camino delante de mi y le seguí. Se detuvo en seco y lo vi fruncir el ceño cuando llegue a donde estaba.
-¿Que pasa?- pregunte mirando hacia el mismo punto donde el miraba.
-Hay solo tres puertas.- indicó. Era verdad, las conté.- No puede ser...- caminó rápidamente hacia la primer puerta y abrió, era una habitación.
-El baño puede estar en otro lado.- dije entendiendo a lo que se refería. Camino hacia la otra puerta, otra habitación. Nos quedaba solo una opción, la siguiente puerta podía ser un baño o podía ser una habitación. Jairo se detuvo frente a la ultima puerta y la observo, cerró los ojos como pidiendo un deseo y abrió. Baño.
-Coño...se han equivocado.- gritó. No se por que veía tan mal que hubiese solo dos habitaciones.- ¡Luca! Deja de andar jodiendo y ven aquí.- volvió a gritar y le mire.
-¿Puedo elegir ya mi habitación?- pregunté sin ningún problema. El alzó una ceja.
-¿Que pasa?- pregunto Gonzales ingresando a donde estábamos. Le miré, estaba mojado y esos calzones que tenía dejaban imaginar muchas cosas.
-Hay solo dos habitaciones.- informo Jairo.
-¿Y?- se acercó a nosotros y le pude ver el abdomen desde cerca, vaya creación de Dios.
-Y que somos tres.- observé mejor el panorama que tenía enfrente, ni siquiera un sueño podía asemejarse a esto.- Stella...- llamó mi atención y menos mal. Sacudí mi cabeza para poder concentrarme.
-Yo opino que debo elegir una habitación y ustedes dos pueden aprovechar, aparte de dormir juntos arreglaran sus problemas.
-No.- dijeron ambos al mismo tiempo.
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La chica del expediente.
RomanceStella trata cuidadosamente de no romper el protocolo del programa de protección a testigos, pero con Jairo Torres, el guapo policía que le cuida, es prácticamente imposible. Ambos intentarán sortear todos los obstáculos que se les presentan y graci...