Capitulo 26

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-Veo veo.- dijo Jairo divertido.

-La verdad es que espero que quedes ciego, me tiene cansado este juego de los cojones.- Luca se había despertado de mal humor. Golpee su brazo.

-Déjanos jugar, no seas borde.

-Veo veo.- repitió Jairo aguantando la risa.

-¿Que coño ves?- pregunto Gonzales de mala manera y solté una sonrisa.

-Nuestra casa, hemos llegado.- estacionó frente a una hermosa casa. Definitivamente quería quedarme aquí lo que restara del caso. Luca y yo corrimos como niños pequeños hacia adentro, queríamos ver que era lo que tenía esta cuasi mansión adentro.  

-¿Es broma? Tiene piscina.- dije al ver a través de un gran ventanal, una piscina. 

-Al fin algo bueno.- dijo saliendo al patio trasero el agente que entró conmigo. Se quitó la remera, los jean y los zapatos. Sin pensarlo dos veces se lanzó a la piscina llegando al fondo y volviendo a la superficie.- Amo cada día mas mi trabajo.- sonrió mientras se acomodaba el cabello castaño. Por un momento no me pareció tan mal el agente Gonzales, estaba rodeada de policías guapos. 

-Cierra la boca o te entrará una mosca.- dijo Jairo a mi lado. Me estaba mirando mal, no necesitaba verle para saberlo.- Tenemos que ir a guardar nuestra ropa, anda.- ordenó.

-Estas bueno.- dije antes de seguir a Torres.

-Gracias guapa, tu no te quedas atrás.- bromeó Gonzales.

-Mueve el culo Stella.- advirtió serio Jairo desde adentro. Sonreí, estaba celoso. 

-¿Cual es mi habitación?- cuestione mientras caminábamos por la enorme casa. Estaba ansiosa por conocer en donde dormiría. 

-No lo sé, hay que descubrirlo.- él camino delante de mi y le seguí. Se detuvo en seco y lo vi fruncir el ceño cuando llegue a donde estaba.

-¿Que pasa?- pregunte mirando hacia el mismo punto donde el miraba. 

-Hay solo tres puertas.- indicó. Era verdad, las conté.- No puede ser...- caminó rápidamente hacia la primer puerta y abrió, era una habitación.

-El baño puede estar en otro lado.- dije entendiendo a lo que se refería. Camino hacia la otra puerta, otra habitación. Nos quedaba solo una opción, la siguiente puerta podía ser un baño o podía ser una habitación. Jairo se detuvo frente a la ultima puerta y la observo, cerró los ojos como pidiendo un deseo y abrió. Baño. 

-Coño...se han equivocado.- gritó. No se por que veía tan mal que hubiese solo dos habitaciones.- ¡Luca! Deja de andar jodiendo y ven aquí.- volvió a gritar y le mire. 

-¿Puedo elegir ya mi habitación?- pregunté sin ningún problema. El alzó una ceja. 

-¿Que pasa?- pregunto Gonzales ingresando a donde estábamos. Le miré, estaba mojado y esos calzones que tenía dejaban imaginar muchas cosas. 

-Hay solo dos habitaciones.- informo Jairo. 

-¿Y?- se acercó a nosotros y le pude ver el abdomen desde cerca, vaya creación de Dios. 

-Y que somos tres.- observé mejor el panorama que tenía enfrente, ni siquiera un sueño podía asemejarse a esto.- Stella...- llamó mi atención y menos mal. Sacudí mi cabeza para poder concentrarme. 

-Yo opino que debo elegir una habitación y ustedes dos pueden aprovechar, aparte de dormir juntos arreglaran sus problemas. 

-No.- dijeron ambos al mismo tiempo.

La chica del expediente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora