-Él ha despertado.- avisó el doctor con una sonrisa en el rostro. Habían pasado cinco días desde que había movido por primera vez su dedo.- lo hemos traspasado a una habitación normal.
-¿Cuando podemos verlo?- pregunto Luca alegre. Estábamos abrazados, aún no lo podíamos creer.
-Pueden pasar ahora si quieren, ¿son solo ustedes dos?- ambos asentimos.- Perfecto, el límite son dos personas, así que pueden entrar.- indicó. Le seguimos hacia la habitación contentos.- tienen que hablar suave, aún está un poco confundido.- abrió la puerta y el primero en entrar fue Luca.
-¿Que tal campeón? Menuda siesta te has dado.- él puso su mejor energía para saludarlo, yo sin embargo entre en silencio.
-Gonzales, tanto tiempo.- escuchar su voz fue lo mejor del mundo, le extrañaba tanto.
-¿Como te sientes?- Luca se sentó en una silla al lado de su cama. Jairo levantó la vista y me observo detenidamente.
-Hola.- hable tímida con una pequeña sonrisa en el rostro. Tenía miedo de lo que pudiera pasar y lo que menos quería era hacerle mal. No ahora que lo había recuperado después de dos meses.
-¿Que haces aquí?- pregunto serio, sus ojos se oscurecieron de repente.- ¿Por que vienes ahora? Me has dejado solo, con un tiro en el cuerpo ¿que coño haces aquí?- respire agitadamente.
-Jairo, ella es Stella.- trató de calmarlo su compañero.
-Se muy bien quien es, no necesito que me lo recuerdes.- deje caer varias lágrimas de mis ojos, sabía que había altas probabilidades de que esto sucediera.
-Pero le quieres ¿recuerdas eso?- Luca insistió.
-No me trates como un estupido. Le he pedido por favor que no me dejara solo, se lo he rogado estando al borde de la muerte y ella ha decidido irse.- cubrí mi cara con mis manos, tenía que salir de aquí.- no puedes decirle a alguien que lo amas y luego dejarle como una bolsa de basura. Has sido desconsiderada Stella, pensé que eras diferente pero solo has resultado ser...una pobre tonta mentirosa.- termino de decir. No pude contener el llanto y solo salí de la habitación lo más rápido que pude. El único consuelo que tenía era que él había despertado, seguía vivo y era lo único que me importaba.
Tome mis pertenencias y camine hacia el ascensor, ya no tenía más nada que hacer aquí.-Stella, espera.- Luca también salió de la habitación. Trate de controlar mis lágrimas pero no podía, era mucha la culpa que tenía. Me hizo recordar todo, hice las cosas tan mal que nunca podría sanarme de esto. Presione en botón del ascensor reiteradas veces. Quería salir de aquí cuanto antes.- Stella, no llores.- Luca llego hasta mi apresurado y me envolvió entre sus brazos. Me dispuse a liberar todo aquello que tenía atorado en el pecho. Sus palabras me habían dolido muchísimo.
-Tiene razón, soy una tonta, soy una maldita tonta.- seguí llorando sobre su pecho.
-No, no te quedes con sus palabras. Esta enojado.- acarició mi cabello con cariño.- has estado aquí, dos meses, no has faltado ni un solo día. Has dormido en una silla todo este tiempo. Cuando dijiste que lo amabas era de verdad, nadie hace eso si no siente amor.
-Yo le deje, cuando tenía miedo, cuando me necesito de verdad, le deje.- trate de respirar pero mi nariz estaba bloqueada.
-Sabes muy bien que eso no ha sido tu culpa, te lo ha explicado el médico miles de veces. Estuviste días sin comer, era obvio que ibas a estar confundida, tu cerebro necesitaba proteínas que tu cuerpo no tenía. Ibas a tener un comportamiento errático en cualquier momento.- siguió acariciando mi cabello pero no lograba calmarme.- Stella estabas en shock, tu abuela estaba desaparecida, sufriste un secuestro, te humillaron y te encerraron en una fosa. Estuvieron a punto de matarte, un hombre se ha muerto a tu lado con una bala entre ceja y ceja y lo último que necesitabas era ver a Jairo herido para colapsar.- lloré más fuerte al recordar todo eso.
-Igual le he fallado y jamás me lo perdonará.
-Lo hará, estoy seguro de eso.- se separó de mi unos centímetros y limpio las lágrimas de mi rostro.- Ve a casa Stella, descansa, todo está bajo control ya.- asentí de acuerdo.- ¿Necesitas que te lleve?- negué.
-Utilizare el transporte público.- suspire angustiada. Me vendría bien respirar un poco de aire fresco, quiera o no, el aire en este hospital estaba algo viciado.
-Ve con cuidado y avísame en cuanto llegues. Yo me quedaré con él esta noche.- lo abrace, sin él no hubiese podido aguantar ni siquiera la mitad del tiempo que estuve aquí.
-Gracias Luca, eres el mejor.- sonreí levemente a pesar de saber que tenía el rostro hinchado de tanto llorar.
-Lo se, soy fantástico.- bromeó.- anda, que perderás el ascensor.- detuvo las puertas e ingrese.- descansa, por favor.- le mire agotada, iba a tratar de dormir, aunque sabía que no podría hacerlo, no con las palabras que Jairo me había dicho.
Deje caer algunas lágrimas más en silencio, por lo menos había cumplido con haberlo cuidado mientras se recuperaba, aunque sea desde lejos. Siempre estaba atenta a todos los movimientos de su habitación, sabía exactamente cuál habían sido todos los medicamentos que inyectaron en su cuerpo, sabía todos los horarios y hasta llegué a contar sus pulsaciones en algún momento. Había cumplido, por lo menos una mínima parte para no sentirme tan culpable.
Podía entender si no quería hablarme más, me ponía en su lugar y lo entendía perfectamente.
Salí del ascensor y camine hacia la salida, él estaba bien y eso me reconfortaba. Ahora tenía que seguir adelante, él podía con todo era fuerte.Respire el aire fresco del exterior y mis vías respiratorias se despejaron, ya no tenía miedo de que muriera, estaba en buenas manos. Y prefería dejarlo que fuera feliz, a pesar de no estar conmigo. Era su momento de luchar por su recuperación y si no me quería allí, como había dicho, entonces le dejaría.
Solo esperaba que la vida me lo hiciera cruzar en algún momento, tan solo para verlo, aunque sea desde lejos. Y saber con certeza que estaba en perfectas condiciones, para yo poder seguir adelante sin tanta culpa en mi interior.
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La chica del expediente.
RomanceStella trata cuidadosamente de no romper el protocolo del programa de protección a testigos, pero con Jairo Torres, el guapo policía que le cuida, es prácticamente imposible. Ambos intentarán sortear todos los obstáculos que se les presentan y graci...