Habíamos cenado los tres juntos, por primera vez en esta casa. No hubo discusiones, la situación estaba mejorando de a poco. Los chicos contaban anécdotas de su estadía en la academia y yo los escuchaba atentamente. No me permitieron tomar vino esta vez, querían evitar que me embriagara de nuevo.
Cada tanto cruzábamos miradas con Jairo, estaba ansioso por que Luca se durmiera de una vez pero éste tenia energías de sobra.
Los tres ya estábamos duchados y vestidos para ir a dormir, queramos o no, había sido un día agotador con todas las actividades que realizamos.-Iré a lavar los trastes.- avisé mientras me levantaba, Gonzales puso una mano en mi brazo y me detuvo.
-Tenemos lavavajillas, guapa.
-Gonzales...-dijo en tono de advertencia el otro agente.
-¿Te molesta esto?- preguntó Luca acariciando mi brazo de arriba hacia abajo, le miré divertida mientras Jairo apretaba los dientes, se podía notar gracias a su mandíbula marcada.- Joder tío, estas hasta la mierda con Stella.- afirmó Luca dejando de acariciarme.
-¿Te pondrás en plan gilipollas de nuevo?- preguntó Torres serio.
-Solo afirmo lo que veo.- volví a sentarme. Esto se estaba poniendo algo incomodo.- ¿Han hablado sobre esto? Puedo hacerles de cupido si gustan.
-No te metas.- volvió a hablar Jairo.
-A ver, Stella ¿tu crees que el agente frente a mi es guapo?- rodé los ojos, esto se estaba pareciendo a un interrogativo, pero me uní al juego y asentí.- maravilloso. Ahora te toca a ti, señor borde, ¿Stella te parece atractiva?- preguntó y presté atención.
-Hermosa.- dijo firmemente. A pesar de su seriedad también se había unido. Es que tampoco teníamos mas nada que hacer.
-Era obvio. Bien, seguiremos con la segunda ronda de preguntas.- dijo Luca imitando a un programa de televisión.- ¿Piensa usted señorita Cruz que podría darle una oportunidad al agente Torres?- observé a Jairo, sus ojos brillaron por un momento.
-Si, definitivamente.- hablé segura.
-¿Y usted Torres? ¿Le daría una oportunidad a la señorita Cruz?- él asintió con la cabeza. No era necesario que dijera ninguna palabra, podía entenderle tan solo con sus gestos.- ¿Y entonces por que coño no están juntos? Se van a marear de tantas vueltas.- Luca termino con su bebida y nosotros dos nos quedamos mirando. Era yo la que había dicho que no estaba segura de tener una relación, así que por lo que pude analizar, la única que no dejaba fluir esto era yo misma. Luca parecía haberse olvidado de su advertencia, la ultima vez que hablamos no estaba conforme con que me acercara a Jairo en plan relación amorosa. Algo le había hecho cambiar de opinión y necesitaba averiguarlo.- iré a dormir, hoy te toca sillón.- informó a su compañero, éste no objetó nada, tan solo lo dejó ir.
Cuando estuvo seguro de que Luca ya no estaba en la zona, se acercó a mi.
-Entonces ¿Me darías una oportunidad?- susurró y asentí segura, ya no tenía mas dudas. Descubrí en la piscina que mi lugar en la vida era estar junto a él, lograba darme seguridad, tranquilidad y me hacía sentir querida y deseada. Motivos suficientes como para dejarle entrar en mi corazón.- ¿En serio?- preguntó sin poder creerlo, volví a asentir.- ¿A pesar del protocolo?
-A pesar del protocolo y de la situación.- puse una de mis manos en su mejilla derecha y le acaricie levemente.- Aunque no estuviéramos en peligro sabría que no podría vivir sin ti.
-Stella...-se había quedado sin palabras y sonreí levemente.- Cariño...¿somos novios?- dijo sin creer nada aún, asentí lentamente y sonrió como nunca. Acortó la distancia entre nosotros y me abrazó, yo tampoco podía creerlo, habíamos dado ese paso.- te quiero, te quiero tanto.- tomó mi rostro entre sus manos y me dio un profundo beso. De esos que no te olvidas nunca. Creo que con este beso sellamos un pacto entre los dos, único, en el cual entregaríamos lo mejor de nosotros para recibir solo y exclusivamente amor.
-Lo sabía.- Luca interrumpió absolutamente todo. Jairo se separó de mi de mala gana y miro demasiado mal a su compañero.- ¿Que? he venido por agua.- se sirvió un vaso.- deberían pagarme extra por esto.- dijo antes de salir de la cocina. Sonreí, ese hombre si que era un grano en el culo, pero era simpático, cuando quería.
-¿Vamos a dormir?- pregunté sabiendo la respuesta. Los trastes quedaron sobre la mesa, sucios. Ambos nos fuimos a la habitación mas que rápido, ya no nos interesaba que Luca estuviera revoloteando alrededor.
Cerró la puerta con un pie y me abalance sobre él, lo necesitaba demasiado. Y quería sacarme estas ganas que le tenía desde hacía mucho tiempo atrás. Me beso tan apasionadamente que un escalofrió recorrió mi espalda. Le quité la remera, ese trapo me molestaba demasiado. Me deleité observando los músculos de su abdomen, era perfecto por donde le mirara. Volví a unir mi boca con la suya y en cuestión de segundos me quitó la parte de arriba del pijama. En otra ocasión me hubiese sentido expuesta, pero con él ningún pensamiento negativo cruzaba por mi cabeza.
-Te deseo tanto, joder.- dijo mientras caminábamos aun besándonos hacia la cama. No podía detenerme, era un vicio. Le ayude a quitarse los pantalones y yo hice lo mismo, no aguantaba mas, tenía calor, mucho calor. Prácticamente me arrancó el brasier y como si estuviese desesperado puso uno de mis pezones en su boca, succionando con fuerza. Lo que me hizo enloquecer en ese mismo momento. Solté un gemido y cubrió mi boca con una de sus enormes manos.- Puede escucharnos.- dijo para luego concentrarse en lo que hacía. Giró su lengua alrededor del pezón y respire profundo. Volvió a succionar antes de bajarme las bragas que ya estaban empapadas, por supuesto.
-Cariño...-dije antes de perder la cabeza, quería que me embistiera cuanto antes.
-Lo se...yo también estoy loco por entrar en ti.- habló con la voz ronca que tanto me encantaba. Se quitó el bóxer y pude ver su pronunciada erección. Se coloco un preservativo y acercó su pene para rozarlo en mi entrada, haciéndome mojar aun mas. Alcé mis caderas dándole absoluto permiso.- pídemelo Stella, pide lo que quieres y lo cumpliré.- susurro en mi oído. Mi corazón estaba a punto de salirse de su lugar, estaba muy agitada.
-Por favor...-gemí de nuevo, lo mas bajo posible.- por favor penétrame.- rogué. Estaba al borde del desespero. Volvió a rozar su pene contra mi y gemí sin poder controlarme. Cubrió mi boca nuevamente y me miró a los ojos. Sin aviso alguno me embistió de una vez, llenándome por completo. Apreté las sabanas con mis manos, era una sensación increíble que quería repetir cuantas veces fueran necesarias.
Comenzó a entrar y salir reiteradas veces haciéndome retorcer de placer. No podía dejar de gemir por lo que dejó su mano sobre mi boca. Observe todas las facciones de su rostro, podía ver el placer reflejado en sus ojos.
-Te quiero cariño, te quiero muchísimo.- dijo embistiéndome mas fuerte. Retorcí los dedos de mis pies, era una sensación espectacular. Siguió embistiendo hasta que ambos llegamos a unos hermosos orgasmos, primero yo y luego el. Estábamos agotados, pero felices. Me acurruque junto a el y acaricié su sudado pecho, sentía paz. Vaya manera de comenzar una relación.
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La chica del expediente.
RomanceStella trata cuidadosamente de no romper el protocolo del programa de protección a testigos, pero con Jairo Torres, el guapo policía que le cuida, es prácticamente imposible. Ambos intentarán sortear todos los obstáculos que se les presentan y graci...