Capitulo 17

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-Nunca he conocido a alguien con tantas alergias.- escuche a Jairo hablar cerca de mi.

-Bienvenido a la vida de Stella.- Gloria aporto divertida.

Abrí mis ojos y los cerré al instante, había un sol tremendo y me molestó bastante. La ventana estaba abierta de par en par.

-Buen día bonita.- dijo Jairo en mi oído y acarició mi cabeza.

-¿Cuánto dormí?- pregunte confundida y volví a abrir los ojos suavemente. Lo último que recordaba era que llovía.

-Has dormido casi un día, no hemos querido despertarte, Antonio te ha inyectado corticoides para combatir tu alergia y abrir tu garganta. Aparte, tu cuerpo ha estado en tensión y creo que eso te ha cansado lo suficiente.- explico Torres.

Él estaba sentado a un lado de mi y Gloria de el otro. Un ángel y un demonio.

-Buen día.- dije observando a mi amiga que se mantenía boca abajo.

-No me has dejado cagar tranquila.- reclamó ella y sonreí.

-Las cosas más extrañas me suceden a mi.- dije acomodándome en la cama.- primero la planta del demonio y después ese aerosol extraño.

-Debes tener más cuidado, nos has asustado mucho.- Jairo se levanto de su lugar.

-¿Donde está Antonio?- pregunte al no verlo en la habitación.

-Ha ido a hacer las compras, va a demorar, estamos lejos de todo.- me contó esta vez Gloria.

-Iré a por tu desayuno, vuelvo enseguida.- dijo el hombre de pie, camino hacia la salida y se retiró del lugar.

-¿Como estás?- le pregunte a mi amiga. Ella se acomodó mejor para poder conversar conmigo.

-Mejor, ya no duele tanto. Me ha llamado tu abuela, le he dicho que has perdido el móvil para no asustarla.

-¿Me prestas tu teléfono? Quiero hablar con ella.- Gloria asintió y saco su móvil de abajo de su almohada.

-Será mejor que le hagas una videollamada para dejarla tranquila.- tome el aparato entre mis manos y lo observe.- no le digas que estoy en cama, ni tampoco lo de tu alergia. Le hemos dicho junto a Jairo que vinimos unos días de campamento. No sabe absolutamente nada de lo que ha pasado.- asentí, agradecía que mi amiga me avisara de todo.

Busque su número en la agenda y la llame, claramente demoro en responder, ella no se llevaba muy bien con la tecnología pero trataba de hacer las cosas lo mejor posible.

-Hola cariño.- dijo tratando de enfocar su rostro. Sonreí, estaba más hermosa que nunca.

-Hola bubú, mira con quien estoy.- enfoqué a Gloria y ella saludó con su mano.

-Gloria, te he llamado antes y estabas boca abajo, resulta que ahora también ¿Por que cariño?- consulto mi abuela, curiosa.

-Es que Jairo nos ha sacado a hacer trekking por el bosque y se me han acalambrado las nalgas. Estoy descansando.- la anciana soltó una carcajada que nos contagió a todas.

-Ese chico las está presionando para ejercitarlas. Deben avisarle que no se han movido en años.

-¿Por que siento que la abuela está hablando mal de mi?- Torres entro con una bandeja de desayuno. 

-Jamás hablaría mal de ti cariño.- él sonrió y mi abuela también, de alguna manera esta escena me hacía sentir bien.- ¿Cómo se están comportando mis niñas?

-Son rebeldes y algo locas, pero he podido convivir con ellas tranquilamente.- mi abuela volvió a sonreír y a mi me dio vida. Su timbre sonó y eso nos puso alerta, aún mas a Jairo y a mi, intercambiamos miradas nerviosas, si algo le pasaba a mi abuela podría llegar a morir aquí mismo. Ella se levanto de donde estaba y dejo su móvil sobre la mesa, no pudimos verla cuando abría la puerta y eso no ayudaba en nada. 

La chica del expediente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora