-Nunca he conocido a alguien con tantas alergias.- escuche a Jairo hablar cerca de mi.
-Bienvenido a la vida de Stella.- Gloria aporto divertida.
Abrí mis ojos y los cerré al instante, había un sol tremendo y me molestó bastante. La ventana estaba abierta de par en par.
-Buen día bonita.- dijo Jairo en mi oído y acarició mi cabeza.
-¿Cuánto dormí?- pregunte confundida y volví a abrir los ojos suavemente. Lo último que recordaba era que llovía.
-Has dormido casi un día, no hemos querido despertarte, Antonio te ha inyectado corticoides para combatir tu alergia y abrir tu garganta. Aparte, tu cuerpo ha estado en tensión y creo que eso te ha cansado lo suficiente.- explico Torres.
Él estaba sentado a un lado de mi y Gloria de el otro. Un ángel y un demonio.
-Buen día.- dije observando a mi amiga que se mantenía boca abajo.
-No me has dejado cagar tranquila.- reclamó ella y sonreí.
-Las cosas más extrañas me suceden a mi.- dije acomodándome en la cama.- primero la planta del demonio y después ese aerosol extraño.
-Debes tener más cuidado, nos has asustado mucho.- Jairo se levanto de su lugar.
-¿Donde está Antonio?- pregunte al no verlo en la habitación.
-Ha ido a hacer las compras, va a demorar, estamos lejos de todo.- me contó esta vez Gloria.
-Iré a por tu desayuno, vuelvo enseguida.- dijo el hombre de pie, camino hacia la salida y se retiró del lugar.
-¿Como estás?- le pregunte a mi amiga. Ella se acomodó mejor para poder conversar conmigo.
-Mejor, ya no duele tanto. Me ha llamado tu abuela, le he dicho que has perdido el móvil para no asustarla.
-¿Me prestas tu teléfono? Quiero hablar con ella.- Gloria asintió y saco su móvil de abajo de su almohada.
-Será mejor que le hagas una videollamada para dejarla tranquila.- tome el aparato entre mis manos y lo observe.- no le digas que estoy en cama, ni tampoco lo de tu alergia. Le hemos dicho junto a Jairo que vinimos unos días de campamento. No sabe absolutamente nada de lo que ha pasado.- asentí, agradecía que mi amiga me avisara de todo.
Busque su número en la agenda y la llame, claramente demoro en responder, ella no se llevaba muy bien con la tecnología pero trataba de hacer las cosas lo mejor posible.
-Hola cariño.- dijo tratando de enfocar su rostro. Sonreí, estaba más hermosa que nunca.
-Hola bubú, mira con quien estoy.- enfoqué a Gloria y ella saludó con su mano.
-Gloria, te he llamado antes y estabas boca abajo, resulta que ahora también ¿Por que cariño?- consulto mi abuela, curiosa.
-Es que Jairo nos ha sacado a hacer trekking por el bosque y se me han acalambrado las nalgas. Estoy descansando.- la anciana soltó una carcajada que nos contagió a todas.
-Ese chico las está presionando para ejercitarlas. Deben avisarle que no se han movido en años.
-¿Por que siento que la abuela está hablando mal de mi?- Torres entro con una bandeja de desayuno.
-Jamás hablaría mal de ti cariño.- él sonrió y mi abuela también, de alguna manera esta escena me hacía sentir bien.- ¿Cómo se están comportando mis niñas?
-Son rebeldes y algo locas, pero he podido convivir con ellas tranquilamente.- mi abuela volvió a sonreír y a mi me dio vida. Su timbre sonó y eso nos puso alerta, aún mas a Jairo y a mi, intercambiamos miradas nerviosas, si algo le pasaba a mi abuela podría llegar a morir aquí mismo. Ella se levanto de donde estaba y dejo su móvil sobre la mesa, no pudimos verla cuando abría la puerta y eso no ayudaba en nada.
ESTÁS LEYENDO
La chica del expediente.
RomanceStella trata cuidadosamente de no romper el protocolo del programa de protección a testigos, pero con Jairo Torres, el guapo policía que le cuida, es prácticamente imposible. Ambos intentarán sortear todos los obstáculos que se les presentan y graci...