|Capítulo 3: "Regalos costosos y comentarios inapropiados|

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Stella Rose.


Nuestras miradas colisionaron y nuestra burbuja se volvió más intensa de lo que ya era. Dimitrio… su nombre era tan formal al igual que su personalidad dominante. Te quiere en su cama Stella, no rechaces esa oportunidad. Mi subconsciente tiene razón, era la oportunidad de tener a un hombre extremadamente sexy conmigo. Sin embargo yo no era sumisa, y él quiere dominarme.

— Dimitrio… tu petición me tiene pensativa — coloqué mi mano sobre su hombro acercando mi rostro a sus labios.

— Si aceptas te voy a dar todo lo que desees Stella, pero a cambio te quiero conmigo — musito serio llevando su dedo a mi barbilla despacio, no iba a negar que es muy listo y esa forma de seducir es increíble.

Dimitrio me quiere con él… Tampoco es como si fuera algo nuevo para mí, pero apenas me observo dura te una noche y su insistencia me tiene algo confusa pero a la vez enciende una llama dentro de mí. No recordaba la última vez que estuve con alguien, lo único que se es que no fue placentero. Rocé mis labios con los suyo, me acerqué a su cuerpo inclinando un poco mis pechos, y acaricie su mejilla notando que mis movimientos le atraían.

— Aquí jugamos los dos Dimitrio — mordí mi labios inferior con fuerza notando su mirada en él. Luego deslice mi lengua por sus labios suavemente para seguido levantarme de la tumbona y tomar mi bolso dejando a un serio hombre sorprendido — Que tengas una linda mañana — coloqué mi bolso en mi hombro y con mi Smoothie de Frambuesa sin terminar me dirigí hacia la carretera.

¡Eso fue intenso, algo inconmensurable! Eso es una señal de que vas terminar follando dura Stella, rodeé los ojos ante mi subconsciente tedioso y me ensimismé en Dimitrio. No podía dejar de pensar en él, se sentía como una perdición con solo verlo porque mi cuerpo reaccionaba de una forma increíble con tan solo una mirada, es tan anhelante y sincero con lo que quiere que en el fondo yo también lo deseo aun sabiendo que no lo conozco del todo. Lo único que se es que su nombre es Dimitrio y que estuvo en el club. Pero en el fondo… Muero por saber todo sobre él.

El transito cerca de la playa era muy habitado porque lo que tuve que caminar unas cuadras mas adelante hasta tomar un taxi que me llevara a casa. Una vez llegué pasé directo a la piscina para terminar de relajarme y así no tener que pensar en Dimitrio. Con mi móvil en mano me propuse a ver el Instagram encontrándome de nuevo con las noticias sobre las compras de locales prestigiosos e incluso playas, y se hacían la misma pregunta: “¿Quién es el causante de todo esto?” en el fondo también sentía esa curiosidad como a los reporteros, nunca había visto algo así.

— Señorita Rose — me gire sutil encontrándome con el botones del edificio — Lamento interrumpirla pero ha llegado ciertos paquetes para usted — el botones se despidió dejándome sola.

En silencio y confusa volví a tomar mis cosas para caminar por las escaleras que dan hacia el balcón. Una vez dentro del departamento la soledad hizo acto de presencia, mi madre no se encontraba así que era un poco cómodo para mí sin tener que escuchar su interrogatorio. Deje mi bolso en el suelo y caminé por el recibidor notando tres paquetes blancos en el suelo y un ramo de rosas blancas en la encimera. Tomé la primera caja la cual traía una tarjea en nombre de Adrián Angelis, fruncí mi ceño notando el segundo paquete con una firma increíblemente perfecta y el tercero es pequeño y liviano con la misma firma. Me propuse abrir los dos últimos con esa hermosa firma en Griego.

En la primera caja yacía un conjunto de Victoria’s Secret en color blanco con todos sus implementos, seguido de un vestido ajustado y tacones, todo en el mismo color todo estaba tendido en rosas blancas. La segunda caja contenía accesorios de Cartier sencillos y discretos, pero altamente costosos. ¡Joder esto es demasiado!
La puerta se abrió el rostro sonriente y confuso de Agatha me observó.

— ¡Dios santo! — exclamó emocionada y anhelante — Stella… ¿Todo eso es para ti? — asentí seria viendo que se acercaba a la caja y se sentaba en el suelo admirando su contenido.

Mi móvil vibró llamando mi atención, y en silencio lo desbloquee ignorando los comentarios de mi madre sobre la tela y la marca del vestido. Abrí la mensajería viendo el numero desconocido y leyendo el mensaje que me dejo sin aliento.

“Tengo planeado muchas cosas sucias para usted señorita Rose. Y la quiero ver temblar y gritar por mí muy pronto Stella”

Dimitrio Sarris.

— ¿Quién te ha enviando todo esto cariño? — preguntó mi madre con una sonrisa pícara que me hizo poner nerviosa por primera vez en mi vida.

— Yo también me hago la misma pregunta mamá — murmuré volviendo a releer el mensaje que sin duda alguna acaba de encender todo en mi interior.

Entre Llamas Internas ✔1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora