|Capítulo 69: "Velas"|

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Reproducir canción en todo el capítulo, gracias🧡

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Stella Rose

Suelto un jadeo sarcástico carcajeándome mientras me toma de la mano y hace que rodee su cintura. Su mirada gélida me deja a entender que no esta bromeando con lo que dice lo cual me causa aun más gracia.

— ¿Quien te subió a esa nube de "el único"? — suelto una risita viendo que mantiene esa mirada gélida esperando a que termine de reírme — Ya dejate de juegos Dimitrio, ambos sabemos que esto — señalo a ambos con los dedos — solo es y será siempre un juego —

Me separo de él quien me dedica una sonrisa de lado dando esos pasos silencios y despacios fijando sus ojos en mis labios. Sonríe y empieza a retirar los botones de su camisa seguido de sus zapatos y medias, pasa una mano por su cuello y percibo lo tenso que se encuentra, desabrocha el botón de su pantalón y los baja quedando solo en sus boxer de Versace en color blanco. Desliza su mano por sus abdominales y los anillos de plata con cadenas pequeñas me hace entreabrir los labios. Mirarlo me produce la sensación más erotica, parece modelo de revista exhibiendo su cuerpo fornido y el gran paquete que se gasta y el cual e tenido en mi boca varias veces. Me quedo sin aliento cuando pasa su brazo por su cabello haciendo que el musculo de su brazo se contrayera.

— ¿Tienes a otro? — espabilo cuando mi espalda choca contra el sillón y caigo sentada viendo a mi modelo de revista con los ojos puesto en mí.

— Mi vida amorosa no es tu problema, además, tu le coqueteaste a esa mujer y yo tengo a otro, estamos a mano — alzo mi ceja y veo que se coloca se cuclillas pasando sus dedos por mis tacones.

— Muñeca, mi θεά — murmura haciéndome sonreí con mis dienres atrapando mi labio inferior cuando mis pies tocan el frío suelo — No me mientas porque te conozco, sabes muy bien que me perteneces tanto como yo a ti — su voz gruesa me desconcentra unos minutos y me aleja de aquellas palabras que he deseado decirle desde hace un rato.

—  Dimitrio, tu y yo no somos más que sexo, no exigas algo que nunca has tenido — sonríe pícaro acariciando mis tobillos con sus manos, asciende sus manos haciendo que apriete las piernas y jaeee ante la tensión que crea a mi alrededor.

No pensaba que con un solo roce de sus manos caería de inmediato ante él, pero sus grandes manos y sus dedos suaves en la piel de mis piernas me deja en un estado de shock durante unos minutos. Mi mente me engaña y termino suspirando cuando coloca sus manos en mis caderas y sus dientes levantan la tela del vestido.

— Siempre he tenido todo esto para mi solo, eres tú la que no quiere admitir que es mío desde que dijiste que me quieres — admite y muerdo mi mejilla interna sabiendo que el muy desgraciado tiene razón — Κούκλα, είσαι η φωτιά που ολοκληρώνει την κόλαση που κουβαλάω μέσα μου, και δεν θα τους άφηνα ποτέ να το σβήσουν γιατί σε αγαπώ, ακόμη και χωρίς να ξέρω πώς να σου το δείξω —

— ¿Qué dijiste? — me sonríe divertido y levanta su rostro dejando un beso en mis labios.

— Pediré algo de comida — se levanta caminando hacia la cocina en silencio mientras separo mis labios confusa.

Sé hablar el idioma griego, desde pequeña Agatha Rose me enseño la lengua de nuestra familia y el lugar en donde ella había vivido. Tuve clases particulares y sé hablar tres idiomas durante toda mi vida, hay algo dentro de ese idioma que no lo comprendo porque es griego antiguo, y muy pocas personas logran entenderlo, la pronunciación me desconcierta lo suficiente como para insistirle pero justo cuando voy a exigirle que me diga comienza hablar por el móvil.

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