|Capítulo 67: "Carta Pública"|

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Directiva

Existen en el mundo esas personas que lloriquean y anhelan tener poder. Luego estan aquellos que lo buscan y no se rinden hasta tenerlo todo a sus pies.

La directiva fue creada en 1961 por un miembro de la realeza Griega, un hombre desterrado de su título por no tener la inteligencia suficiente para hacer que tu país prosperara económicamente. Sus padres, los reyes de Grecia nunca estuvieron de acuerdo en darle el poder a la oveja negra de la familia de manejar a todo un país, lo creían inútil y fracasado por no tener la dedicación que su hermano gemelo había tenido, no se desempeñaba y le costaba entender todo un reino.

La entrada del lugar en donde nuestras habituales reuniones son consideras solo por el bienestar de nuestro imperio. Camino como la cabecilla de la directiva y me veo obligado a mirar con severidad a las personas que nos observan, mi entrada siempre será llena de victoria, nadie nunca esta por encima de mí, todos tienen sus rangos, todos estan por escalas y en la cima estoy yo demandando lo que hace tiempo de debí hacer hecho.

— Tomen asiento, hay cosas de las que hablar — ordeno sentándome en la cabecilla viendo a el grupo de diez personas enfrente de mí. Desde los rangos inferior hasta los más superiores a mi lado.

Dejo mi espalda caer en la silla y coloco mi codo en el posamanos viendo a todos y cada uno de ellos enfrente de mí. Rasco mi barba y hago un ademán con mi mano esperando una respuesta contreta a las ordenes que concretamos el día anterior pero todos se observan incómodos y no se me es difícil deducir lo que esta sucediendo.

— ¿Qué hizo esa perra? — inquiero viendo que los pares de ojos se fijaban en mí.

— Se escapó de nuevo, se encuentra en su departamento pero usted sabe que se nos es imposible pisar ese lugar por el dueño a quien le pertenece — trago saliva abriendo la carpeta viendo sus fotos las cuales me dan asco — hubieron varios heridos y la policía quiere respuestas sobre lo sucedido. Esa mujer es un impedimento y se nos va hacer difícil detenerla — niego frenéticamente.

— Para cualquier impedimento tenemos un plan, esa golfa no nos va a dañar un negocio que lleva años en esta isla. Tomaremos nuevas medidas, pero debemos deshacernos de ella antes de que sus dueños nos reclamen — contesto serio y veo que la mayoría se me queda viendo con confusión.

— Señor, su familia es poderosa y si llegamos a tocarle una hebra mínimo tendríamos a Gael Mon metido en esto — paso mis dedos por mis labios negando.

— ¡Esa mujer dejó escapar a una traicionera en nuestras narices, se nos ha escapado de todo los malditos atentados y ni el Nipcia ha podido con ella! — exclamo furioso golpeando la mesa.

— No estamos hablando de cualquier mujer señor, esta capacitada para esto, y no le importa que su vida corra peligro. Le hicimos un atentado, la hemos perseguido todos estos meses, esta vigilada las veinticuatro horas del día y siempre se sale con la suya — reclama molesto el hombre a mi lado.

— A ella no le da miedo nuestras amenazas, y estoy completamente seguro de que esta planeando algo — suspiro para relamer mis labios mientras el silencio abunda en toda la sala.

Mis pensamientos van directo a cada palabra dicha en este lugar. No soy un imbécil, sé de lo que esta hecha esa mujer, viene del infierno y nos va arrastrar a todos con ella si no hacemos algo. Miedo no es, angustia tampoco. Haría lo que fuera por proteger todo este imperio para el próximo sucesor que viene a tomar mi lugar, somos familia de la realeza y con los años todo ha dependido de la sangre real que corre por nuestras venas. Crecimos capacitados para esto y nadie va a dañar algo que tiene años en esto.

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