|Capítulo 76: "Hundida"|

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Stella Rose

Me empujan fuera del auto haciendo que caiga al suelo al no poder sostenerme por los tacones y siento que caigo sentada en un charco de agua viendo que cierran la puerta mientras sotengo mi móvil en mi mano.

— ¡Guevón hijo de puta! — grito en español viendo que me dedica una sonrisa sarcástica y el auto comienza avanzar.

Me levanto con todo el culo mojado y gruño poco audible viendo a varias personas en las afueras de la ciudad fijarse en mí. Me levanto sintiendo la tela humeda del vestido adherida a mi cuerpo y el corazón más pequeño que una nuez a causa de todos los sentimientos encontrados durante todo el día: Alegría, Serenidad, Amor, Deseo, y Furia. Deberían de darme el premio a la mujer más ilusa e idiota en este maldito mundo. Camino con el móvil en mano y el puto nudo en la garganta que amenaza cada vez más con romperme a pedazos. Camino por las calles adentrandome a la ciudad mientras noto el cotilleo de varias personas que de seguro intentan saber quien soy en realidad, pero a medida que subo por las veredas sabiendo que me llevaría media hora en llegar al centro de la ciudad puedo percibir que la mayoría de las miradas se centran en mí y en mi aspecto con más cotilleos de por medio.

Algo no esta bien, puedo sentirlo...

Camino apresurada tratando de centrarme en lograr lo que necesito para poder sentirme tranquila pero se me hace imposible cuando minutos después llego al centro de la ciudad con el corazón desbocado girando sobre mis pies para observar los infinitos folletos que me hace sentir pánico con los labios temblorosos. Me acerco a ellos y trago saliva con lágrimas resbalando por mis mejillas como una tormenta que habí estsdo esperando durante tanto tiempo. La luz de la luna me facilita ver el folleto que cada vez me hace decaer en una angustia de la que se me será muy difícil salir, suelto un sollozo viendo cosas que nunca pensé que me iban a destruir toda la vida y mi existencia.

"Aquí tienen a la verdadera Stella Rose"

Se titula el folleto y niego frenéticamente sintiendo un escalofrío que me recorre cada parte del cuerpo mientras mis ojos se fijan en aquella fotografía a color. Sale mi rostro con cadenas alrededor a mi cuello y mis muñecas, los múltiples golpes que siempre solían hacerme, las cortadas en mi piel, y mi rostro intacto. Y a mi alrededor estaban ellos; uno detrás de mí, otro sosteniendo mi cabello, y el último con su pulgar sobre mi boca. Las arcadas me amenazan y termino recostándome en la pared escuchando las vibraciones de mi móvil y el nombre de Amy iluminando la pantalla para segundo después ser reemplazado por los de Dimitrio. Me alejo y termino caminando a paso apresurado sin importante tener el maquillaje corrido y las lágrimas. ¡Me importa una maldita mierda!

Camino en dirección a una tienda telefónica en donde al estar denrro las miradas vuelven a posarse en mí y en mi aspecto. Respiro agitada enfrente de la caja viendo a la cajera asombrada y nerviosa.

— Necesito un móvil, un iPhone de preferencia — ordeno con la voz temblorosa viendo que la chica asiente tomando la caja de un IPhone X  y empieza a realizar el papeleo — Con un nuevo número incluido por favor — asiente despacio comenzando a teclear en su ordenador.

El móvil en mi mano vuelve a sonar con el nombre de Dimitrio y lo bloqueo porque lo menos que quiero es hablar con él, no estoy en condiciones de hablar con nadie en estos momentos.

— ¿De qué manera va a emplear el pago señorita? — me pregunta sacándome de mi ensimismamiento y parpadero limpiando mis lágrimas.

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