Tres meses.
Debería permanecer en el centro tres meses. Después de ello, durante tres meses más, me realizarían un seguimiento con visitas semanales al grupo de terapia externo.
Durante los meses que permanecería en el centro, como era de esperarse, no tendría acceso a ningún tipo de drogas o alcohol, pero tenía permitido fumar cigarrillos de tabaco.
En ese plazo acudiría diariamente a distintos tipos de consultas, con médicos, psicólogos y sesiones de terapia grupal.
Para pasar el tiempo libre que me dejaban las distintas consultas, existían varias opciones.
Podía ir al gimnasio o la piscina, practicar distintos deportes, o inscribirme en alguno de los cursos o talleres que se impartían en el centro.
Los cursos eran variados e iban desde el curso de repostería hasta las clases de economía.
También existía una gigantesca biblioteca y una cinemateca con una amplia variedad de títulos.
El ala en el cual se encontraba mi habitación era exclusivamente para chicas, pero salvo las habitaciones el resto eran lugares comunes donde hombres y mujeres podían encontrarse.
Nada más llegar, me asignaron como acompañante a una interna que llevaba ya casi cuarenta días allí.
Se suponía que la chica era la encargada de enseñarme el lugar y acompañarme donde quisiera ir, supuestamente para ayudarme ante cualquier duda que me surgiera, pero yo tenía claro que sería mi sombra para evitar que cometiera cualquier tipo de estupidez como cortarme las venas o colgarme de la ducha de mi baño personal.
Como si eso fuera posible.
Desde el principio me dejaron claro que no podría sacar ningún cuchillo u objeto cortante del comedor y ni en el baño ni en la habitación había ningún objeto saliente del cual atar alguna especie de cuerda o similar.
Kim Jennie, a quien apodé Señorita Sombras, era una chica preciosa, castaña con un cuerpo escultural.
La odié nada más verla, con su sonrisa amigable y sus gestos simpáticos y sarcásticos.
Según me explicó en los primeros quince minutos, mientras me acompañaba a mi habitación y esperaba a que yo desempacara mis pocas pertenencias, era la quinta vez que ingresaba al centro, pero ésta vez sería la definitiva.
Tenía veintiséis años y llevaba viviendo como drogadicta, alcohólica y anoréxica desde que había cumplido dieciséis.
Su padre era un importante productor musical y su madre una también reconocida estilista y personal shopper.
Su asignación mensual de cuatro ceros la había convertido en una niña rica y consentida.
Había sido la novia del cantante Kim Jongin durante toda su vida, hasta que éste la había dejado, hacía ya un año, para casarse con Krystal Jung.
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En tus brazos | Lizkook ✔
FanfictionUna vida segada en una noche. Dos vidas unidas por una pérdida irreparable. ¿Cuánto más puedes caer cuando ya has tocado fondo? ¿Qué opciones tienes, más que levantarte y salir adelante? Lisa tiene un enorme reto que superar, y de ello dependerá su...