Una vida segada en una noche. Dos vidas unidas por una pérdida irreparable. ¿Cuánto más puedes caer cuando ya has tocado fondo? ¿Qué opciones tienes, más que levantarte y salir adelante? Lisa tiene un enorme reto que superar, y de ello dependerá su...
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—Hola, muñeca —saludó Hui a Soojin besando su boca mientras la estrechaba contra él y colaba sus manos bajo el pantalón deportivo —¿Qué me has traído? —preguntó contra sus labios, con una sonrisa depredadora.
—Es mi nueva compañera, Lalisa Manoban—dijo la chica volteándose a verme —Lisa, este es Hui, mi hombre.
—Hola, Lisa —me saludó el chico, soltando a Soojin para acercarse a mí invadiendo mi espacio personal.
Lee Hoe taek- más conocido como Hui-, vestido únicamente con unos pantalones de cuero negro ajustados, era un chico extrañamente exquisito aun con sus ojeras azuladas y su cuerpo extremadamente delgado.
Tenía el pelo muy negro con algunos mechones azules y completamente liso.
Sus ojos, de un negro profundo, marcados con delineador negro en todo su contorno parecían incluso más hundidos.
La piel increíblemente pálida se adhería a sus costillas y sus brazos estaban llenos de tatuajes.
No era muy alto, no creo que llegara al metro setenta, y se veía tan menudo como su novia.
Formaban sin dudas una pareja extraña.
Soojin tenía el pelo completamente platinado y el lado izquierdo de su cabeza estaba totalmente rapado.
Sus ojos marrones estaban delineados igual que los de Hui y su piel era casi más translúcida que la de aquel.
Hui se acercó a mí y hundió su nariz en mi cabello aspirando mi olor como si fuera una droga.
Detrás de él, Soojin se desnudó antes de que yo pudiera convencerme de que quería estar en un trío con ellos dos.
—Así que estás necesitando un poco de diversión —susurró Hui en mi pelo mientras colaba sus manos bajo mi camiseta para llevarlas a mis pechos y sobarlos.
—Preferiría un poco de coca, en realidad. —confesé arqueando mi espalda hacia él.
Hui se carcajeó y tironeó de mis pezones, divertido.
Soojin también sonriente, se acercó a mí y levantó mi camiseta para sacármela por la cabeza.
—Esto te gustará —dijo la chica llevando su boca a uno de mis pechos para chuparlo y succionarlo haciéndome tambalear.
Hui me empujó hasta la cama y me tumbó sobre ella. Me quitó mi pantalón corto y mis braguitas y se dirigió a mi entrepierna.
Soojin subió a la cama y se sentó detrás de mí. Levantó mi cabeza y la puso sobre su regazo desnudo.
Mientras su novio me daba placer, las manos de Soojin masajeaban mis pechos.
—¿Has tenido muchos tríos? —preguntó ella viendo mi cuerpo arquearse excitado.
