Hacía bastante que en el departamento no vivíamos una noche como ésa.
Fue agotadora, estresante y por momentos aterradora, pero fue una noche muy fructífera.
Finalmente, después de seguirle la pista durante más tiempo del que quería recordar, Kim Jongin, cayó.
Kim Jongin era uno de los mayores narcotraficantes que aún asolaba Los Ángeles. Tenía bajo su mando una extensa red de camellos y repartidores menores, de los cuales se servía para colocar la droga en los distintos locales nocturnos de la ciudad.
Había comenzado su carrera delictiva en su más tierna juventud con pequeños hurtos y atracos, pero a medida que fue ganando confianza en su experiencia sus delitos crecieron también.
A medida que fue creciendo fue vinculándose al tráfico de marihuana hasta obtener un renombre entre las mafias. De allí en más se había vinculado al tráfico de cocaína hasta llegar a convertirse en el principal traficante de esta sustancia hacia el estado de California.
Su negocio iba desde la producción de las drogas hasta la venta minorista.
El departamento de policía de Los Ángeles llevaba años cercándolo mientras iba dando caza a pequeños distribuidores. De esa forma habíamos finalmente llegado hasta Jongin, para satisfacción de todo el cuerpo.
Fue sobre las seis de la mañana que por fin pudimos acceder a una taza de café. Jongin y sus compinches pasaban la noche en prisión y yo finalmente me sentía tranquilo al respecto.
Una red de asesinos acababa de ser desmantelada una vez más.
Me senté tras mi escritorio dispuesto a escribir el informe del caso, antes de poder irme a casa.
Había pasado la noche entera intentando no distraer mi mente del caso en el que estábamos, ya que hacerlo podía ser peligroso para mí y mis compañeros, pero más de una vez me había encontrado pensando en Lisa y su exagerada, ridícula e incluso infantil reacción a mi ausencia de esa noche.
Sabía que tenía que intentar comprenderla. Lisa estaba recién comenzando a batallar con una relación de pareja y todavía tenía mucho por aprender. Tenía que aprender a confiar en mí, tenía que saber que el hecho de que ella y yo tuviéramos una vida individual no quitaba que pudiéramos tener una maravillosa vida compartida, y que habría momentos en los que estaríamos separados o en los que no podríamos vernos debido a nuestros compromisos y obligaciones, pero ello no significaba que no fuésemos importantes el uno para el otro.
Yo tenía que demostrárselo y hacer que lo entendiera pero era consciente de que necesitaba ponerme al día con el trabajo para poder tomarme un buen descanso antes de ir a buscarla.
Y ella tendría que saber esperarme.
—Jeon —me llamó el jefe en cuánto me disponía a redactar mi informe.
ESTÁS LEYENDO
En tus brazos | Lizkook ✔
FanfictionUna vida segada en una noche. Dos vidas unidas por una pérdida irreparable. ¿Cuánto más puedes caer cuando ya has tocado fondo? ¿Qué opciones tienes, más que levantarte y salir adelante? Lisa tiene un enorme reto que superar, y de ello dependerá su...