-¿Por qué no puedes ayudarme? -sollozó Leah cuando me levanté de mi asiento dispuesta a marchar.
-¡Vamos, Lisa! -gritaba BamBam desde la puerta.
-Lo siento, Lee, ya ves que BamBam no puede esperarme.
-Pero yo tengo que acabar mi traje para la fiesta del colegio. -sollozó la niña.
Al día siguiente, en el colegio de Leah se presentaba una obra de teatro en conmemoración del día de las Américas, representada por los niños del colegio.
Leah hacía el papel de nativa americana.
Su traje lo habíamos comprado hecho, ya que nuestras habilidades para la costura eran nulas, pero Leah había insistido en personalizarlo, realizándole algunos bordados a juego con los que llevaba la cinta que llevaba en la cabeza.
Esa tarde, me había sentado a la mesa para ayudarle con el trabajo, pero llevaba horas allí y BamBam y yo teníamos planes para esa noche, por lo que no podía retrasarme más.
-Senna te ayudará -dije besando su cabeza ante la mirada seria y molesta de la niñera de mi hermana.
-Yo quiero que me ayudes tú -lloró mi hermana caprichosa.
-¡Si no sales en diez segundos me voy, Lisa! -gritó BamBam ya con el coche en marcha.
-Lo siento, Leah -sentencié molesta ante los caprichos infantiles de la niña -Me tengo que ir. -dije y me marché.
Desde que Jhon y Jiwoo murieron en aquel estúpido accidente de coches, hacía ya casi dos años, BamBam había obtenido nuestra custodia.
En ese entonces yo tenía veinte y Leah sólo siete. BamBam, de veintiuno, había tomado las riendas de la familia haciéndose cargo de nosotras.
Conmigo había sido sencillo, ya era una adulta y BamBam y yo frecuentábamos los mismos amigos y ambientes, pero Leah era otra historia.
Ni BamBam ni yo teníamos madera de padres, ni tampoco una referencia en la que basarnos, por lo que creímos que lo mejor sería contratar alguien que se encargara de la niña.
Entonces había llegado Senna. Vivía en la casa con nosotros y se ocupaba de la niña.
Durante el día contaba con más ayuda, de la cocinera y la mujer de la limpieza, pero era Senna quién siempre se ocupaba de Leah.
Y eso nos daba tranquilidad.
BamBam y yo continuábamos viviendo nuestra constante vida de fiestas y juergas, pero al menos, las fiestas en casa las montábamos en la casa de invitados, para mantener a Leah alejada de todo eso.
No queríamos hacerle lo que Jiwoo nos había hecho a nosotros.
Éramos unos hermanos responsables, pero a veces nos agotaba esa pequeña niña que aún no cumplía los nueve años.
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En tus brazos | Lizkook ✔
FanfictionUna vida segada en una noche. Dos vidas unidas por una pérdida irreparable. ¿Cuánto más puedes caer cuando ya has tocado fondo? ¿Qué opciones tienes, más que levantarte y salir adelante? Lisa tiene un enorme reto que superar, y de ello dependerá su...