Capítulo 11♡

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Habían pasado dos semanas desde la muerte de BamBam y, muy poco a poco, yo estaba comenzando a aceptarlo

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Habían pasado dos semanas desde la muerte de BamBam y, muy poco a poco, yo estaba comenzando a aceptarlo.

En esas dos semanas, mi abogado se había estado encargando de todos los trámites legales que la muerte de BamBam traía consigo.

Trámites respecto a la herencia de sus bienes, para lo cual nos habíamos tenido que cerciorar de la inexistencia de hijos y tendríamos que esperar unos meses antes de poder disponer libremente de sus bienes.

Me importaban una mierda los bienes materiales de BamBam, pero nunca permitiría que la estúpida de Mina Myoui recibiera nada, aún cuando se quedase embarazada e intentase adjudicarle un bastardo a mi hermano.

La odiosa de Mina no había hecho nada para evitar que mi hermano se pinchase sin control aquella noche. De hecho yo era capaz de afirmar que debió ser alguna discusión con esa chica lo que había llevado a BamBam a perder el control de esa forma, porque BamBam siempre había sido muy cuidadoso.

Y, solo por encima de mi cadáver esa chica recibiría algún beneficio.

Además de la herencia de BamBam, mi abogado se encargó de los trámites relacionados con la custodia de Leah. Él fue el que me informó de los requerimientos del juzgado.

El fiscal pedía, para otorgarme la custodia de mi hermana, que demostrase no tener problemas con las drogas, ya que, según ellos, BamBam los tenía.

Por alguna razón, olía la mano del maldito inspector Jeon metida por ahí en medio. Pero no iba a permitir que me quitaran a mi hermana, y ese estúpido arrogante tendría que tragarse sus palabras.

Sabía que podía hacerlo. De hecho en esas dos semanas no había consumido nada, salvo marihuana, pero eso era entendible. Había necesitado relajarme y comenzar a adaptarme a mi vida sin mi hermano. Mi vida sin la única persona que me había acompañado durante veintidós años. Nadie iba a juzgarme por eso.

Finalmente recibí una citación del juzgado para tratar el tema de la custodia legal de Leah.

Mi abogado J.J me acompañó y allí nos sentamos frente a la jueza encargada del caso. La resolución no fue muy diferente de lo que esperábamos. Tres meses sin consumir ningún tipo de sustancias estupefacientes, lo cual sería controlado por análisis de sangre y orina que me harían en el hospital día por medio.

Era como una condena de esas que te imponen presentarte en la estación de policía todos los días, salvo que yo me presentaría día por medio y en el hospital.

Encontrarme a la salida con Jeon Jungkook no levantó mi ánimo, pero J.J. me recordó lo imprudente que podía ser golpear, insultar o escupir a un agente policial por lo que preferí ignorarle.

Las primeras semanas las pude sobrellevar, aunque no sin esfuerzo. Me volví adicta al tabaco y al café.

Los cigarrillos me calmaban y el café me estimulaba. Y así, entre uno y otro me convencí de que no eran tan difícil no tomar drogas.

En tus brazos | Lizkook ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora